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En el año 1118, unos nobles caballeros hicieron voto ante el Patriarca comprometiéndose a vivir en castidad, obediencia y pobreza donando sus bienes al servicio del Señor Jesucristo.
Los primeros Caballeros que fundaron esta Orden fueron Hugo de Payens y Geofredo de Saint-Omer a los que se fueron sumando otros monjes-soldados. A modo de alojamiento, el
rey Balduino II los albergo temporalmente en su palacio contiguo al Templo de Salomón; de ahí recibieron el nombre de "Caballeros del Temple" o "Templarios".
En sus comienzos esta Orden era de
carácter humilde pero poco a poco fue acumulando innumerables riquezas y tesoros que han levantado la admiración y el misterio a lo largo de la historia. De hecho, se cree que el origen de esta Orden está ligado a la recuperación
del "Arca de la Alianza" que contendría valiosas reliquias sagradas. Maurice Chatelain explica en su obra Nuestros ascendientes llegados del cosmos: "Según ciertas leyendas, la Orden de los Templarios no fue creada para combatir a los infieles
y reconquistar los Santos Lugares, sino para asegurar la custodia de estos una vez rescatados. Ellos habían de ser los primeros en penetrar en el santuario subterráneo del Templo de Salomón". El enigma viene a la hora de plantearse lo
que había en dicho santuario que tanto interesaba a estos Caballeros. Supuestamente era el Arca de la Alianza...
A lo largo del tiempo los Templarios levantaron impresionantes castillos en bellos parajes como el famoso castillo de Ponferrada.
Fueron las enormes riquezas de los Templarios las que despertaron la codicia de los soberanos y Papas, y es el deseo de apoderarse de los bienes del Temple al que es preciso culpar en relación con los primeros ataques lanzados contra la Orden y las calumnias de que se sirvieron para destruirla. La historia no da otros motivos a la conducta del Papa Clemente V y de Felipe el Hermoso hacia los Templarios.
Las costumbres de los Templarios fueron también el objeto de las acusaciones. Se les acusó de practicar la sodomía, de renegar de Cristo, de pisar y escupir sobre la cruz en el rito de iniciación, de tener conductas homosexuales, de adorar a una especie de ídolo con cara de demonio llamado Baphomet, etc.
Cuando los Templarios se enteraron de las acusaciones que se habían
cometido sobre ellos, presentaron sus quejas al Jefe de la Iglesia. El rey de Francia se encargó de enviar cartas secretas a todos los alcaldes y senescales del distrito donde se daba la orden de armarse y arrestar a todos los Templarios y conducirlos
a las fortalezas correspondientes.
La voluntad del rey se vio cumplida el 13 de octubre de 1307. También se detuvo a Jacques de Molay, el que sería el último gran maestre de la Orden.
Los Templarios estabas debilitados por las torturas, los interrogatorios y el cautiverio; tanto es así que muchos de ellos apenas se sostenían en pie. Por ello es comprensible que unos hombres sumidos en tal estado confesaran cuento quisieran sus verdugos, aun siendo sus declaraciones falsas.
Los Caballeros Templarios fueron torturados de una forma tan brutal y despiadada que de los 138 interrogados en Paris desde el 19 de octubre al 24 de noviembre, 36 fallecieron durante en proceso.
Se dice que los Templarios se disponían a sacar sus bienes de Francia cuando les arrestaron. Si pudieron salvar algun tesoro, ¿dónde están en este momento escondidos?
Finalmente, el 13 de octubre fueron encadenados frente a la Sorbona donde se leyeron públicamente sus acusaciones. Antes de que Jacques de Molay fuera quemado vivo en la hoguera, este lanzo una "maldición" al Papa y al rey y a toda su descendencia (Capeto), que habían destruido el Temple y les predijo su muerte antes de un año, acontecimiento que se cumplió en dicho plazo, además, todos los Capeto murieron de forma trágica, dando pie a la leyenda de los Reyes Malditos.
Con estos trágicos sucesos quedo disuelta la Orden de los Caballeros Templarios que siempre permanecerá rodeada de fascinantes misterios.
MAESTRE: reinaba sobre los castillos y feudos de Tierra Santa. Pese al poder que ejercía sobre los Templarios, el maestre permanecía sometido a las obligaciones y disciplinas comunes. Su séquito se componía de dos caballeros que le acompañaban a todas partes, un capellán, un clérigo, un sargento, un paje que cargaba con su escudo y su lanza, un escriba sarraceno como intérprete, un indígena turco, un cocinero y dos muchachos de a pie.
El maestre, para dar una orden de carácter relevante para el Temple, debía obtener primero el consentimiento de su consejo privado. Tampoco podía iniciar una guerra o acordar una tregua sin antes haberlo consultado.
Los Estatutos Jerárquicos de los Templarios difieren de forma resumida y concisa la situación del maestre: "Todos los hermanos del Temple han de obedecer a su maestre, así como el maestre ha de obedecer a su convento".
SENESCAL: era el segundo en el mando, el encargado de sustituir al maestre durante su ausencia en Tierra Santa, adquiriendo sus poderes y derechos. También tenía un séquito compuesto por un caballero, dos escuderos, un sargento, un diácono, un indígena, un turco y un intérprete sarraceno.
MARISCAL: ostentaba el máximo mando militar. Tenía mando sobre las armas, armaduras, máquinas de asedio, municiones y las guarniciones de los caballos. Él distribuía a las milicias y daba las órdenes tácticas. Su misión también era la de comprobar las monturas y mulas de carga, bajo el consentimiento del maestre. Podía tomar el mando en la batalla por ausencia del maestre o del senescal. Al igual que sus superiores poseía un séquito que constaba de dos escuderos, un sargento y un indígena turco. Los mariscales provinciales, por su parte, ejercían la autoridad en su correspondiente provincia, si bien debían obediencia al mariscal general de la Orden.
TURCOPOLIER: este rango templario mandaba a los hermanos sargentos en la batalla y a los turcopolos (tropas auxiliares de indígenas turcos) tanto en tiempos de guerra como como de paz. Cuando éste era enviado en avanzadilla con un escolta de caballeros, asumía de forma total la responsabilidad de la misión, debiendo estos caballeros someterse a sus órdenes. No tenía poder para atacar, cargar o perseguir al enemigo por iniciativa propia.
SUBMARISCAL: este rango apenas tenía poder en el campo de la batalla, pues su mandato se limitaba más bien a los hermanos artesanos, por consiguiente, tenía que controlar el trabajo de los talleres. Se dedicaba a controlar que todo el equipamiento militar estuviese siempre dispuesto para ser utilizado por las tropas. Entre sus obligaciones también estaba distribuir a los escuderos, aunque estos dependían más del gonfaloniero.
GONFALONERO: tenía el poder sobre los escuderos no pertenecientes al Temple que servían bien sea por un sueldo o por caridad. Él era el encargado de pagar a estos escuderos y de repartirles entre las casas.
Ya en combate, él era quien disponía a los escuderos en grupos de combate.
COMENDADOR: este era uno de los personajes más importantes del Temple. Tenía un séquito de dos escuderos, un sargento, un indígena turco, un diácono que supiese escribir, un intérprete y dos muchachos de a pie. El comendador del reino era el tesorero de la Orden que poseía el control sobre todas las posesiones templarías y también mantenía el control sobre las rentas. Él era el que se encargaba de dar la orden de cualquier pago, aunque siempre bajo el mandato del maestre o del capítulo.
La mayor de sus obligaciones era la de tener una actualizada cuenta del tesoro y presentarla al maestre cuando este la requiriese. Presidía la distribución de los hermanos Templarios en los castillos y en tiempos de paz, el mariscal tenía que acatar las decisiones de este. En tiempos de guerra se le debía entregar todo el botín menos las monturas y el armamento.
PAÑERO O DRAPIER: era el que tenía a su cargo las vestimentas de los hermanos. Este mando también contaba con un séquito de dos escuderos y un hombre de carga. Su misión en la Orden era la de regir el almacén de vestimenta, teniendo bajo control en todo momento las ropas que les eran entregadas a los hermanos, ya fuesen las de vestir como las sábanas, toallas... Estaba encargado también de mantener un control sobre la higiene de los hermanos, sobre todo en lo referente a tener el pelo corto y la barba limpia, además de que no vistieran ropas no permitidas por la Orden.
Todos estos eran los máximos mandos. Luego, en las provincias había comandantes de caballeros que dependían de los mariscales.
MAESTRES DE LA ORDEN DEL TEMPLE
Hugo de Payens
Robert de Craon
Everard des Barres
Bernard de Tremelai
Andre de Montbard
Bertrand de Blanquefort
Philip de Milly
Odo de St. Amand
Arnold de Toroga
Gerard de Ridefort
Robert de Sable
Gilbert Herail
Philippe de Plessiez
William de Chartres
Pedro de Montaigu
Armand de Perigord
William de Sonnac
Reynald de Vichiers
Thomas Bernard
William de Beaujeau
Thoebald de Gaudin
Jacques de Molay
El hábito de los Templarios era un manto blanco con la cruz roja concedida por el Papa Eugenio III, que se reservaba en exclusiva a los Caballeros que hacían el voto perpetuo.
Los caballeros también debían llevar el pelo corto y la barba larga y abundante; podían comer carne tres veces por semana, y guardar abstinencia los demás.
Debajo del manto y la armadura, usaban camisa y calzoncillos que no podían quitarse ni para dormir. Ni en su persona ni en el cabello podían lucir adornos de oro o plata, salvo si se trataba de limosnas recibidas como tales.
Era menester del hermano pañero cuidar que las ropas que vestían los demás y el mismo no fuesen causa de censura por parte de los maliciosos o envidiosos. Así pues, debía de dictaminar un tamaño acorde a la convivencia para cada una de las prendas que se les entregaba a los hermanos, tanto las de guerra como las de paz. Y estos debían de preocuparse el ser responsables de ellas ante la Orden y no podían dar ninguna de esas piezas.
Por tanto, la vestimenta de un Caballero estaba formada por:
-Dos
camisas.
-Dos pares de calzas de burel.
-Un sayón.
-Dos calzones.
-Una capa.
-Una pelliza (prenda forrada de piel).
-Dos mantos (uno para el invierno y otro para el verano).
-Un cinturón ancho de cuero.
-Dos bonetes.
-Una túnica de mangas estrechas.
En
el campo militar, éste estaba compuesto por:
-Una cota de mallas que cubría hasta la cabeza dejando solo el rostro descubierto. Se llevaba bajo la ropa y estaba constituida por anillas de acero muy juntas entre sí. La cota de mallas podía llegar a constar de más de 200,000 anillas.
-Un par de calzas de hierro con sus grebas o placas metálicas que protegían las piernas.
-Un yelmo o casco de hierro de forma cilíndrica que llevaba placas de acero remachadas. Poseía agujeros en la parte frontal para poder ver y otros más pequeños en la parte inferior para facilitar la respiración.
Su peso oscilaba entre los 7 y los 10 Kg.
-Guanteletes que eran guantes de rejilla metálica reforzados de escamas metálicas en el envés de la mano y los dedos.
También se consideraba impropio que un caballero templario peleara uno a uno, normalmente debería ser uno a tres, eso demostraba la tremenda habilidad de combate que estos caballeros poseían.
Los templarios llevaron a cabo actividades económicas y administrativas que requerían un gran secretismo.
Por lo que tuvieron que imaginar y desarrollar una simbología y un
ALFABETO SECRETO.
Los templarios aplicaron a sus construcciones la influencia oriental, en la que grabaron sus criptogramas.
Así el octógono, es la representación del cuadrado, símbolo de la Tierra, y el circulo, símbolo del cielo.
El octógono es también la superposición de dos cuadrados, que equivalía para los griegos a los cuatro estados físicos: frio, humedad, calor, sequia.
Se adoptó la "Cruz Templaria" o Cruz de las ocho Beatitudes.
Es una Cruz de “meditación”
en su aspecto geométrico que sirve como clave para la construcción y desciframiento del alfabeto secreto de los Templarios
Se adoptó la "Cruz Templaria" o Cruz de las ocho Beatitudes.
Es una Cruz de “meditación” en su aspecto geométrico que sirve como clave para la construcción y desciframiento del alfabeto secreto de los Templarios
- El significado de sus ocho Beatitudes es:
1ª Beatitud: Poseer el contento espiritual.
2ª Beatitud: Vivir sin malicia.
3ª Beatitud: Llorar los pecados.
4ª Beatitud: Humillarse al ser ultrajados.
5ª Beatitud: Amar la justicia.
6ª Beatitud: Ser misericordiosos.
7ª Beatitud: Ser sinceros y limpios de corazón.
8ª Beatitud: Sufrir con paciencia las persecuciones
El número ocho y el octógono derivado de la unión de sus brazos
Cada hermano recibía una de esas cruces, que le permitía descifrar y redactar mensajes.
El alfabeto del Temple contenía 25 signos que se ejecutaban con los diferentes movimientos de los brazos de la cruz ochava.
Quizá el ejemplo más típico de criptograma es el famoso "cuadrado mágico": SARTOR-AREPO-TENET-OPERA-ROTAS, que aparece en las ruinas de Pompeya, en una Biblia latina del S.VII, en unos manuscritos griegos del s. XII, en monedas austriacas del s. XIV, en Santiago de Compostela y en numerosos edificios construidos por los Templarios y que aún no se ha logrado descifrar satisfactoriamente.
Estas palabras son la misma leídas en cualquier sentido.
Puede leerse de izquierda a derecha, de derecha a izquierda, de arriba abajo, de abajo a arriba, la palabra de la tercera columna y de la tercera línea, TENET, siempre permanece idéntica.
Pero además si se escriben las cinco palabras una a continuación de la otra, SATOR AREPO TENET OPERA ROTAS, la frase resultante puede ser leída igualmente en sentido contrario, por lo que constituye lo que se denomina un palíndromo.
Solo hemos puesto algunos ejemplos del misterio de sus códigos, que se reflejaron en la arquitectura, en la escultura, en la escritura, en las matemáticas y en muchos otros aspectos de la vida que son parte de las míticas leyendas del Temple.
Mucho se ha escrito y se dice hoy sobre ellos: nazis, masones, neo gnósticos y nuevas sectas esotéricas ostentaron ser herederos de los templarios. La mayor parte de la literatura sobre la Orden del Templo es pura fantasía y leyendas con pretensión histórica. La verdad es que dejaron de existir siglos antes que naciera la masonería y las sociedades secretas europeas, por lo cual no hay ninguna conexión histórica real entre los templarios y el esoterismo moderno, aunque usen sus figuras cargándolas de misterio.
La persecución y destrucción de los Caballeros Templarios se produjo en el siglo XIV por iniciativa del rey Felipe IV de Francia (1268-1314), quien, por intereses económicos y políticos, embistió con todo su poder a la Orden del Temple. Y el Papa Clemente V (1260-1314), que no estaba en Roma, sino en Aviñón (Francia), era objeto de los caprichos del rey Felipe, quien lo controlaba políticamente.
La Orden de los Templarios, llamada también “Orden de los Pobres Caballeros de Cristo” o “del Templo de Salomón”, era católica y no tenía nada que ver con los cátaros como afirman algunos, ni con sectas o herejías de la época. Surgieron en el contexto de las Cruzadas para defenderse del islam y era simplemente una orden monástica caballeresca católica. Fue fundada en 1119 en Jerusalén por Hugo de Payens, tras la primera cruzada, con el ideal de defender Tierra Santa. Se conoce que tenían una muy buena organización administrativa y llegaron a poseer muchos bienes y a ser una de las instituciones más ricas de su tiempo.
No están claras las verdaderas razones por las cuales el rey Felipe, llamado “el hermoso”, de Francia, arremetió contra ellos con todo su poder. Algunos autores suponen que estaría endeudado con ellos o que deseaba acrecentar el tesoro real con las riquezas de la Orden. Todas las opiniones apuntan a un deseo de poder y control por parte del rey francés.
El viernes 13 de octubre de 1307 el rey Felipe ordena el arresto de todos los templarios en territorio francés acusados de herejía y comportamientos escandalosos. La detención de la Orden provocó la protesta del Papa Clemente V, pero el rey lo convenció con las confesiones obtenidas bajo tortura.
El Papa presionado por el rey promulgó la bula Pastoralis praeminens que decretó la detención de los templarios en todos los territorios cristianos. El rey insistió y obtuvo una instrucción general para condenarlos a la hoguera a los que se retractaran de sus confesiones. Así, fueron ejecutados en 1310 en París. Finalmente, en 1312 el Papa suprimió la Orden definitivamente.
Muchos sostienen que la orden habría sobrevivido durante varios siglos, sin embargo, no hay rastros históricos de ellos ya en pleno siglo XV, aunque sí se hayan elaborado mitos y leyendas en torno a su figura, sobre todo entre masones y esoteristas. Massimo Introvigne, con gran detalle ha investigado y aclarado el tema:
“…Después de la supresión, la Orden sobrevivió algunos decenios fuera de Francia, pero a comienzos del siglo XV –como muy tarde– los Templarios habían desaparecido por completo. La tesis de que hayan subsistido en secreto la ha calificado Régine Pernoud (1909-1998), al igual que otros especialistas en historia medieval, como “enteramente demencial” y ligada a pretensiones y leyendas “necias sin excepción”.
La idea de que los Templarios, oficialmente suprimidos, habrían proseguido clandestinamente su actividad hasta el siglo XVIII, se difunde sobre todo entre la masonería francesa y alemana.
La masonería, nacida en Inglaterra, se presentó a sí misma como heredera –si bien a través de un proceso de reinterpretación filosófica y esotérica– de los gremios medievales de la construcción, que englobaban tanto a los arquitectos como a los simples albañiles. Desde cierto punto de vista, se trataba de un origen demasiado “humilde”, que la aristocracia de la Europa continental aceptaba con dificultad. De aquí que se elaborara la leyenda de los caballeros perseguidos que, para continuar sus actividades, se habrían “ocultado” en los gremios ingleses y escoceses de constructores libres. Y fue sobre todo en Alemania donde a estos caballeros misteriosos se les identificó con los Templarios. Este es el origen de los «grados templarios» de la masonería...”
La verdad es que no hay conexión histórica alguna entre los Caballeros Templarios y el esoterismo moderno.
Durante mucho tiempo se acusó al Papa Clemente de perseguidor de los Templarios, pero en realidad fue sumiso al rey francés. Contra las falsas acusaciones al papado de Clemente V en el juicio a los Templarios que pueden leerse en incontables libros, hubo un reciente hallazgo.
El 13 de diciembre de 2001 se encontró en el Archivo Vaticano un documento pontificio donde el Papa Clemente V absuelve de la condena a los Templarios un año después de abierto el proceso en Francia contra la orden.
Según la investigadora y protagonista del hallazgo, Bárbara Frale, “fue un complot y el Papa intentó detenerlo con la absolución, pero no lo consiguió, porque el rey francés respondió con un proceso de brujería contra el anterior pontífice, Bonifacio VIII, y había un riesgo de cisma en la Iglesia de Francia”. En aquella época el monarca francés impuso finalmente su autoridad sobre la del Papa. Cierto también es que la suspensión de la Orden no fue definitiva, el documento preveía restablecerla luego de su arrepentimiento, pero Clemente V murió y ningún pontífice la modificó.
La enigmática Orden del Temple
Si deseas investigar más sobre los caballeros del Temple, te adjunto este dossier para que aprendas un poco más sobre esta mítica orden.
Comentarios recientes
25.11 | 00:55
Jorge gracias, esa es la idea de este blog, compartir datos históricos y otros divertidos, siempre con la idea de cultura
16.11 | 05:32
Verdaderamente ilustrativo, gracias por compartir estas enseñanzas.
28.10 | 14:04
Leí hace años de una mujer a la que le habian desaparecido varios empastes y tenia esos dientes sanos.
Además, existen una serie de fotografias, de logos en vehículos, que atestiguan la veracidad.
23.10 | 15:49
Los Griegos ganaton a los Atlantes-Iberos.