El Barrio de Chimalistac

A pie por la… mágica colonia Chimalistac Chimalistac: un sitio mágico e irreal dentro de la gran capital mexicana.

Existen por lo menos dos significados de la palabra Chimalistac: según algunos especialistas deriva de los vocablos nahuas chimalli que significa escudo e itzac que quiere decir blancura, que traducido sería algo así como Lugar de los Escudos Blancos. Otros aseguran que es una deformación del nombre del barrio prehispánico que se encontraba en este lugar: Temalistac, que significa Donde se talla la piedra de los sacrificios, e incluso se asegura que fue en Chimalistac donde se labró la Piedra del Sol o Calendario Azteca.

El primero de los significados se toma como el más acertado porque existe un pasaje de Fray Bernardino de Sahagún que dice: “en el mes quechocolli (el decimocuarto del calendario Mexica) había una cacería sagrada a la que los de Coyohuacan debían también asistir. Al llegar a Chimalizac, último punto importante de Coyohuacan, dejaban ahí sus escudos que con ocasión de la cacería sagrada eran blancos”.

Justo así es Chimalistac. Recorrerla a pie es viajar a otra época, donde las calles empedradas y las grandes casonas todavía predominan. En el ambiente, reina el silencio, el sonido de los autos es casi inexistente, mientras que las calles usualmente están vacías y con el aroma los árboles llenando cada uno de sus espacios.

Se dice que originalmente Chimalistac estaba conformada por huertos, los cuales fueron fragmentados por ahí del año 1849. Así, cerca de 1904, la colonia fue fundada oficialmente. Prueba de ello es este mural en la calle de San Ángelo que fue inaugurado durante los festejos de su centenario.

Pero para conocer todas las maravillas que esconde es necesario recorrerla a pie.

Los puentes

Para adentrarse en el ambiente mágico de esta colonia es preciso ingresar por la avenida Paseo del Río, donde hace algunos (muchos) ayeres el río Magdalena fluía libremente hasta que fue entubado. Sin embargo, en esta vialidad todavía sobreviven tres puentes de piedra que construyeron los Carmelitas descalzos en el siglo XVII.

El más representativo es el Puente del púlpito, pues, a diferencia de los otros dos, cuenta con una pequeña estructura que asemeja —precisamente— a un púlpito. Se dice que los frailes ensayaban sus prédicas en este sitio con la finalidad de que su voz sonará más fuerte que el río y así hablar con más claridad durante las ceremonias.

Calles

Cada calle de Chimalistac ofrece una experiencia distinta. La mayoría están empedradas y algunas portan placas donde se explican los acontecimientos que ocurrieron en ellas o la historia de la colonia.

Justo enfrente se encuentra el Centro de Estudios de Historia de México. Abrió sus puertas por primera vez en 1965, pero su historia va mucho más lejos. Resulta que este edificio data del siglo XVIII y es llamado comúnmente como la Casona de Chimalistac.

Cámara del Secreto

A escasos pasos de la parroquia se encuentra esta pequeña cámara cercada por una reja de metal. Fue construida en 1620 con la finalidad de que los frailes tuvieran una ermita donde pudieran retirarse a meditar u orar en soledad.

El nombre de “secreto” se le adjudicó debido a que tiene dos orificios paralelos con los que estudiantes y frailes podrían comunicarse sin que los demás presentes pudieran oír de lo que hablaban. Su interior estaba decorado por pinturas religiosas, pero el paso del tiempo se encargó de que desaparecieran.

Parque de la bombilla

Después de que los huertos de Chimalistac fueran fragmentados, se construyeron diversas casonas y negocios como el restaurante de la Bombilla, el cual tiene gran significado por dos cosas: por darle nombre a este parque y por ser el sitio donde Álvaro Obregón fue asesinado con un arma de fuego en 1928.

Siete años después de ese suceso, el también conocido como Jardín de la Bombilla fue inaugurado, aunque no siempre lució como ahora, pues hace unos meses fue remodelado. Ahora hay más iluminación en el enorme monumento dedicado al expresidente, así como unas fuentes que brotan del piso y que se iluminan de distintos colores en la noche.

El Parque de la Bombilla marca justo el límite entre la colonia Chimalistac y San Ángel.

Parque Tagle

Por alguna extraña razón, este sitio es conocido también como el Parque del ahorcado. Al igual que el centro de la colonia, es sumamente tranquilo y las personas suelen acudir a él para leer y aprovechar la cercanía de la librería Gandhi.

Chimalistac quedó plasmado para siempre en la literatura gracias a Federico Gamboa, autor de la novela Santa, cuya primera edición fue hecha en Barcelona en 1903; en esta novela se sirvió del paisaje local como escenario de la narración.

En 1932 se le da el nombre de Federico Gamboa a la antigua Plaza de Chimalistac, y él se Santa e Hipo –por el ciego amigo de Santa llamado Hipólito- a dos calles aledañas a esa plaza. En la parte posterior de la parroquia de San Sebastián, allí donde se encontraba el camposanto, existe un busto de Federico Gamboa que, en cierta forma, cumple con sus deseos: “si me toca morir en México encargaré que me entierren en el cementerio del pueblecito llamado Chimalistac, a orillas de San Ángel; un cementerio enteramente de aldea, pequeño, lleno de árboles y de hierba que crecen a sus anchas entre las rusticas tumbas…”

Pero hay dos que resaltan del resto: Santa y la calle de Hipo. Estas pintorescas vialidades hacen referencia a la novela Santa de Federico Gamboa, cuya historia tiene como escenario principal Chimalistac. Pero no sólo eso, en esta colonia también se grabó una película sobre esta novela, la cual fue considerada como la primera cinta sonora del cine mexicano.

En el filme aparecen diversos escenarios de Chimalistac como la parroquia de San Sebastián.

Plaza Federico Gamboa

Este sitio, antiguamente conocido como Plaza Chimalistac, hace honor al escritor Federico Gamboa por su novela Santa. Aquí se encuentran diversas construcciones emblemáticas como la Parroquia de San Sebastián, la cual fue construida cerca de 1585 por los Carmelitas. A pesar de ser bastante pequeña y que ha sufrido diversas remodelaciones, tiene un valor histórico enorme.

Santa, por Agustín Lara

Panza llena corazón contento

No hay mejor manera de finalizar un recorrido a pie que en uno de los sitios tradicionales del lugar. Su nombre es El Venadito y tiene varias décadas alimentando a los chilangos con carnitas, barbacoa, mixiotes y todo tipo de platillos mexicanos. Pero eso sí, las carnitas son su plato fuerte.

Comentarios recientes

25.11 | 00:55

Jorge gracias, esa es la idea de este blog, compartir datos históricos y otros divertidos, siempre con la idea de cultura

16.11 | 05:32

Verdaderamente ilustrativo, gracias por compartir estas enseñanzas.

28.10 | 14:04

Leí hace años de una mujer a la que le habian desaparecido varios empastes y tenia esos dientes sanos.

Además, existen una serie de fotografias, de logos en vehículos, que atestiguan la veracidad.

23.10 | 15:49

Los Griegos ganaton a los Atlantes-Iberos.

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