A Relax Place
¿Cómo se forma la personalidad y, más aún, la de un artista? Debe de existir alguna predestinación sin la cual no se podría explicar tamaño resultado.
Remedios, con los hermosos rasgos de su cara, su imponente melena de fuego con reflejos de cobre, su costumbre española de gesticular en forma muy elocuente con sus manos tan finas, su manera de retorcerse un mostacho imaginario cuando hacía bromas, su conversación fascinante e inteligentísima que sabía hacer caso omiso de la esterilidad racional, su capacidad de observación, su gran amor para toda la creación que nos rodea, una cierta coquetería femenina, su ser accesible a los inevitables homenajes del otro sexo (lo que quizá la predispuso a fungir como femme enfant y musa, figuras tan idolatradas en los círculos surrealistas), su amplitud de criterio y su generosidad, que la hicieron mantener sus amistades fielmente hasta el final de su vida, a pesar de algunos desengaños, su enorme curiosidad hacia todos los aspectos de la vida y la ciencia…
Y cómo a pesar de todo esto se pudo consumir en dudas, en terribles angustias, e intuiciones de otras dimensiones, de otras vidas cuya exploración nos está vedada y que la
llevaron a un misticismo que se refleja en su obra madura y que, al final de su vida, se estaba cristalizando más, sin poder llegar a una claridad total, sin poder excluir, al mismo tiempo, aquel alud de dudas que la asaltaban…
Así me pareció la persona de Remedios, que me era imposible de captar aquilatar en su totalidad.
María de los Remedios Varo Uranga nace el 16 de diciembre en Anglés (Gerona), España. Es hija de padre andaluz, Rodrigo Varo y Zejalvo, y de madre vasca Ignacia Uranga y Bergareche. La profesión del padre, ingeniero hidráulico, hace viajar a la familia a través de toda España e incluso a Marruecos. Remedios nace en Anglés durante uno de estos viajes. Desde luego, estos desplazamientos dejaron profunda huella en Remedios.
Después de la muerte de una hija, la madre de Remedios consagró su próxima hija deseada a la virgen de los Remedios. Parece que Remedios Varo siempre tuvo la impresión infundada de ser tan solo un sustituto en un lugar que no le correspondía; a pesar de un ambiente familiar a moros, se desarrolló en ella una tendencia a querer esconderse de su familia.
El padre de Remedios era librepensador y hasta esperantista, lo que para esta época revelaría independencia de pensamiento. La madre de Remedios, de origen vasco, sumamente bondadosa y profundamente religiosa (después de la muerte de Remedios me tocó ir a visitarla varias veces en un convento de Huarte, suburbio de Pamplona), debe haber representado el polo espiritualmente opuesto a su marido, aunque siempre mitigado por la sumisión de la mujer española de la época. La pareja tuvo dos hijos varones: Rodrigo, el mayor, y Luis.
De niña Remedios aprendió el manejo de los utensilios del oficio paterno, la perspectiva, las matemáticas y el dibujo profesional. Sin embargo, como ya adelanté, Remedios Varo se sintió criticada e inexplicablemente culpable, sentimiento que la persiguió toda su vida.
La familia se establece en Madrid. La casa, en la calle de Segovia, actualmente ya no existe. A temprana edad, Remedios lee muchísimo, también frecuenta los libros científicos de su padre y su hermano mayor, “vedados” para ella, desarrolla gran capacidad matemática y pasión por el dibujo.
Termina su aprendizaje en la Academia. Participa en una exposición colectiva de la propia Academia y en otra de dibujos organizados por la Unión de Dibujantes de Madrid. Contrae matrimonio en San Sebastián con Gerardo Lizárraga, un condiscípulo, para “salir de casa”. Se instalan en París durante un año, desplazándose después a Barcelona.
Allí trabaja en la casa de publicidad Thompson. Empieza a relacionarse con otros artistas de vanguardia entre ellos José Luis Florit, más tarde con Óscar Domínguez y Esteban Francés, con quien compartirá un estudio en la Plaza Lesseps. Creación en Barcelona del grupo ADLAN (Amics de l’Art Nou). Se separa de Gerardo Lizárraga, con quien mantendrá una entrañable amistad.
Exposición de dibujos en Madrid, junto con Florit. Una de las obras expuestas es Composición.
Participa en la exposición colectiva “Logicofobista” de gran afinidad con el surrealismo, en la galería Catalonia de Barcelona. no sabe el paradero de los tres dibujos con que participó. Pinta también el óleo sobre cobre L’agent double, que anticipa el estilo que desarrollará en su exilio en México. Estalla la guerra civil. En su casa de Barcelona se presenta el poeta surrealista Benjamín Péret, llegado para ayudar a la causa antifranquista.
Remedios regresa con Benjamín Péret a París, donde tiene acceso al círculo íntimo de André Breton; allí conoce a Max Ernst, Víctor Brauner, Joan Miró, Wolfgang Paalen y Leonora Carrington. Con esta ultima la uniría en México una íntima amistad hasta el fin de su vida.
Remedios participa en la Exposición Internacional del Surrealismo en Tokio. Su obra Le désir (1935) es reproducida en el n. 10 de la revista surrealista francesa Minotaure. Janet A. Kaplan, en su libro Viajes inesperados. El arte y obra de Remedios Varo, ha escrito detenidamente sobre toda esta época, y la siguiente: la invasión de Francia por los alemanes, la huida de Benjamin Péret y Remedios, su llegada a México a fines de 1941.
Algunas obras suyas aparecen en las revistas Trajectoire du Rêve y Visage du Monde. Colabora con algunas viñetas en el Dictionnaire Abrégé du Surréalisme. Participa en la Exposition Internationale du Surréalisme en la Galerie des Beaux-Arts en París y después en la Galerie Robert, en Amsterdam. De esta época hay dos cuadros: Títeres vegetales y Las almas de los montes.
Remedios es encarcelada, posiblemente por haber escondido a un desertor del ejército francés. No se sabe mucho sobre este penoso incidente, porque Remedios jamás habló de él. París es ocupado por las tropas de Hitler. Péret y Remedios, así como muchos otros artistas huyen a Marsella, donde Varian Fry les brinda ayuda en Air-Bel, tratando de conseguirles papeles y pasajes para el continente americano.
En la Exposición International del Surrealismo en México, en la Galería de Arte Mexicano y dirigida por Inés Amor, y organizada por César Moro y Wolfgang Paalen, se exhibe el cuadro de Remedios, Recuerdo de la Walkyria.
Remedios y Péret llegan a México a fines de 1941. Alrededor de ellos se forma un círculo de amigos: César Moro, Esteban Francés, Gerardo Lizárraga, Leonora Carrington, Octavio Páz, Ghünter Gerzso y otros. Entre ellos se encuentra Eva Sulzer, de Winterthur, Suiza, gran mecenas que ayudo mucho a los artistas recién llegados, particularmente a Remedios. Ésta y sus amigos hacen para sostenerse toda clase de trabajos artesanales, de decoración o publicidad; Remedios y Esteban Francés colaboran con Marc Chagall en el vestuario para el ballet Aleko que se estrenó en el Palacio de Bellas Artes.
El ambiente de México, la atmósfera acogedora de la ciudad y sus habitantes, el sol radiante y la libertad que se respiraba deben haber servido como bálsamo a los traumas de Remedios, la eterna fugitiva, dándole la oportunidad de decantar su arte y prepararlo para una pronta eclosión. No creo que en ningún otro país hubiera podido crear una obra como la que hizo en México, si bien es cierto que ella, a pesar de su inmensa admiración por el arte precolombino y por su interés por las leyendas y los mitos mexicanos, nunca se atrevió a convertirlos en fuente de inspiración para su arte.
Empieza a interesarse en la doctrina esotérica de G. I. Gurdjieff; sin embargo, no entro en el grupo que se había formado en México, como no se integró en ninguna clase de actividad de grupos, fueran políticos o espirituales. Convenció a su amiga Eva Sulzer de que ingresara en dicho grupo
Parece que Péret amaba profundamente a Remedios, porque todos sus libros están invariablemente dedicados a ella. Sin embargo, ignoro hasta qué grado estimulaba la inmanente fuerza creativa de ella. En 1947, Remedios se separa de Péret, quien regresa a París, mientras ella se incorpora a una expedición científica francesa a Venezuela, donde se reunió con su madre y el hermano mayor, Rodrigo, jefe de sanidad de una región.
Remedios hace estudios microscópicos de los mosquitos y realiza grandes dibujos de estos insectos para una campaña de salubridad antipalúdica. También realiza muchos cuadros publicitarios para la casa Bayer y los manda a México. La calidad de estos trabajos llama la atención de los periódicos sobre estas obras, que firma con el nombre materno “Uranga”. Pero su corazón ha quedado en México, adonde quiere regresar. Un intento de buscar oro en Rio Orinoco, para pagarse el billete de regreso, no la acerca para nada a ese país soñado. Finalmente consigue el dinero necesario.
Decide unirse a Walter Gruen, refugiado político austriaco y empleado en una pequeña empresa. Juntos tratan de rehacer sus vidas. Remedios deja finalmente los trabajos comerciales y se dedica a “pintar en serio”.
Una exposición colectiva en la Galería Diana y la primera exposición individual en la misma galería traen consigo un soñado éxito. La obra pictórica de Remedios causa sensación entre e público y la crítica. Hay largas listas de espera y encargos de obras. Entre los admiradores entusiastas se cuentan Alfonso Reyes, Edward James, Carlos Prieto, Ignacio Chávez…
Me permito narrar una anécdota de esta época. Vino a verla un banquero para encargarle un mural sobre la historia de la banca. Después de unos momentos de reflexión, Remedios dice “Si, se podría hacer. Me imagino un hombre a la entrada de su caverna con un montón de huesos que está protegiendo con un gran mazo”. Desde luego el interesado no volvió a presentarse…
En una carta dirigida desde París a Walter Gruen, Remedios escribe:
(…) Hoy hace ocho días que salí (de México), ¡Dios mío!, qué deseos tengo de regresar, aunque ya no me siento tan mal, sin embargo veo que definitivamente he dejado de pertenecer a estas gentes (los surrealistas) y a estas cosas, que no me interesan gran cosa y que mi vida, no sólo material o sentimental sino también intelectual, está ahí, en esa tierra que sinceramente amo con todas sus fallas, defectos y calamidades (…)
Ese mismo año obtiene el primer premio en el Primer Salón de la Plástica Femenina en las Galerías Excélsior.
Participa exitosamente en la Segunda Bienal Interamericana de México.
Su pintura adquiría más y más un contenido místico; a mí me encanto desde el primer momento, y me admiraba su técnica y la habilidad con que procedía. Pero yo no tenía (y sigo sin tener) la suficiente capacidad y la apertura para adentrarme en profundidades de ella. Mi educación demasiado “científica” y tradicionalista me lo impedía. Esto me privaba de participar en las preocupaciones y reflexiones que compartía, detrás de puertas cerradas, con Leonora Carrigton: La Cábala, la alquimia, el tarot, la magia, las ideas esotéricas en general, deben de haber estado a la orden del día. Sin duda, Remedios era un pionero espiritual; trataba sin tregua de ensanchar sus conocimientos, pero no se trataba el tema de la pintura, según me dijo la misma Remedios.
Segunda y última exposición individual, esta vez en la Galería Juan Martín, en donde los dieciséis cuadros se venden, entre ellos el Tríptico (Hacia la torre, Bordando el manto terrestre y La huida)
Pinta su ultimo óleo, Naturaleza muerta resucitando, y empieza otro, Música del Bosque, muy afirmativo, donde quiere representar la unidad entre el hombre, la naturaleza y el cosmos, pero no lo puede terminar.
El 8 de octubre muere Remedios. En su lecho de muerte, adonde acudí precipitadamente, me describió con precisión médica y en forma telegráfica, muy calladamente, los síntomas clásicos de un infarto. Los médicos y la Cruz Roja, llegaron demasiado tarde. ¿Habrá conquistado la gran sabiduría de ver la muerte sin miedo?
Exposición-homenaje en el Museo Nacional de Arte Moderno, en el Palacio de Bellas Artes, con una cifra récord de visitantes.
De 1955 hasta la fecha, la obra de Remedios ha sido invitada a participar en aproximadamente noventa y cinco exposiciones colectivas y catorce individuales.
Muchas veces surgen preguntas que hubiera debido hacerle en vida, pero cuya contestación ahora es solamente silencio:
… Tus cuadros producen en cualquier espectador reacciones generalmente positivas, pero nunca indiferencia. ¿Será tal vez porque contienen un mundo completo, misterioso, donde cada quien encuentra parte del suyo?
…Se dice que los maestros místicos de todas las civilizaciones hablan de sus experiencias excluyendo la conciencia sensorial-intelectual, sensaciones, imágenes, conceptos. Muchos de tus cuadros tienen como lema la “experiencia mística”; nómbre algunos: Revelación o Relojero, Hallazgo, Ermitaño, etcétera.
En casi todos representas esta experiencia mediante una esfera, como símbolo de esta “Gran Unidad”. ¿Sentiste que así se podía expresar mejor que con palabras? Quizá tus cuadros El flautista, Música solar y el último, inconcluso, Música del bosque, y sobre todo, tus vehículos impulsados por energía cósmica ¿Son un intento de mostrar la UNIDAD de todo con todo?
… ¿Qué significan las perspectivas y paisajes que aparecen en el pecho de muchos de tus personajes?
Así podría seguir hasta el fin de mis días…
Para terminar, quisiera mencionar una conversación: cuando le pregunte a Remedios sobre la atracción que ejercía sobre ella la doctrina de Gurdjieff, si el mismo fondo esotérico se encontraba en todas las grandes religiones. Ésta fue su contestación: “El catolicismo lo bebí con la leche materna. Debo encontrar las respuestas en mi propio camino y por mis propios esfuerzos”. Esto lo veo plasmado en los cuadros El camino árido y Ascensión al monte análogo y llama a mi memoria a Goethe: “El legado de tus ancestros, conquístalo para poseerlo”.
Comentarios recientes
25.11 | 00:55
Jorge gracias, esa es la idea de este blog, compartir datos históricos y otros divertidos, siempre con la idea de cultura
16.11 | 05:32
Verdaderamente ilustrativo, gracias por compartir estas enseñanzas.
28.10 | 14:04
Leí hace años de una mujer a la que le habian desaparecido varios empastes y tenia esos dientes sanos.
Además, existen una serie de fotografias, de logos en vehículos, que atestiguan la veracidad.
23.10 | 15:49
Los Griegos ganaton a los Atlantes-Iberos.