A Relax Place
Existe la convicción cada vez más generalizada sobre la estancia de Adolf Hitler en Argentina, y la certeza de que falleció y está enterrado en el Paraguay a donde se trasladó desde Argentina -con el sobrenombre de Kurt Bruno Kirchner– en 1955 cuando el presidente Juan Domingo Perón fue derrocado, al igual que otros muchos nazis que se fueron de la Argentina a países vecinos, principalmente al Paraguay.
En la idílica ciudad de San Bernardino, junto al Lago Ypacarai, siempre se habla en voz baja de que el Führer, fallecido el 5 de febrero de 1971, está sepultado en una cripta donde se levanta el Hotel del Lago, del que se sigue diciendo que en la primera semana de cada mes de febrero este establecimiento hotelero cierra sus puertas para que un grupo exclusivo de nazis pueda honrar a su líder.
La pequeña ciudad de San Bernardino fue fundada en 1888 por familias alemanas, paradójicamente un año antes del nacimiento de Adolf Hitler, y en la actualidad todavía alberga una importante colonia alemana. A mitad de la década de 1930, el nazismo se hizo popular en Paraguay de Stroessner y especialmente en San Bernardino en la que Bernhard Förster trató de crear una colonia aria en Paraguay. La habitación de este nazi del pasado, fue en el número 19 del Hotel del Lago. Que también casualmente muere en el mismo que Adolf Hitler nace, ambos antisemitas empedernidos.
Cada día se duda más sobre la versión del montaje del suicidio de Adolf Hitler y Eva Braun en el búnker de la Cancillería del Reich en 1945, más bien circulan varias tesis de Hitler y Braun huyeron de Hörsching una a Dinamarca y otra a Barcelona en un avión pilotado por Werner Baumbach, fallecido en Argentina en 1953, luego a Cantabria -en la Hostería de Las Quebrantas del pueblo de Somo, al sur de la bahía de Santander, desde ahí a Vigo - según versión del MI-6 británico- y en submarino a la Patagonia Argentina, -tras una breve escala técnica en Canarias– donde desembarcaron entre Julio y Agosto de 1945.
Se establecieron cerca de la ciudad de Bariloche. Es bien sabido que las principales agencias de inteligencia del mundo conocían la presencia de Hitler en Sudamérica. La organización Ratlines proporcionaba formas de escape para nazis y fascistas que huían de Europa tras su derrota en la segunda guerra mundial.
Estas rutas de evasión conducían principalmente a Argentina, Brasil, Chile, Colombia y Paraguay; Estados Unidos, Canadá y Oriente medio. Continuando con la organización Ratlines hay hipótesis de su relación con el servicio de inteligencia vaticano Pro Deo, cuyo fundador, el dominico belga Padre Félix Morlion que escapó en el 1941 a los Estados Unidos –trabajó en Guerra Psicológica hasta 1944– al ser perseguido por los nazis debido a sus actividades en el centro Pro Deo de Bruselas. Su papel fue vital en el freno de movimientos de ideología marxista en Europa -especialmente en Italia- y América.
Por otra parte, el obispo Alois Hudal, rector del romano Pontificio Instituto Teutónico Santa María dell’Anima, que era un seminario para sacerdotes provenientes de Alemania y de Austria, utilizó este puesto para ayudar a escapar a buscados criminales de guerra nazis, proporcionando dinero y documentos de identidad falsos siempre apoyado en la Commissione Pontificia d’Assistenza (Organización de Refugiados del Vaticano), documentos que serían el primer paso para conseguir posteriormente el deseado pasaporte del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) que relajaba las comprobaciones de identidad en base a la confianza depositada en la sola palabra del obispo Hudal.
Protegidos destacados del obispo Hudal en la huida clandestina fueron los nazis Erich Priebke, Klaus Barbie, Edward Roschmann, Walter Rauf, Alois Brunner, Franz Stangl, Gustav Wagner, Alois Brunner o los mismísimos Adolf Eichmann y Josef Mengele. Sin hablar del curioso periplo del ideólogo nazi y secretario personal del Führer, Martin Bormann, del que siempre se conoció la versión oficial de que había muerto cruzando el río Spree, en Berlín, durante la caída de la capital a manos soviéticas en la noche del 1º de mayo de 1945 cuando la realidad es que no se encontró un cuerpo hasta 1972 cuando un grupo de trabajadores excavó en la zona para realizar obras y se encontró con dos cadáveres. En el caso particular de Bormann, responsable del blanqueo de los inmensos fondos del NSDAP con la colaboración de algunos grandes banqueros.
Todos los servicios secretos del mundo sabían que Hitler había escapado y que estaba en Argentina, y que existiendo todo tipo de pruebas documentales y nunca hicieron nada.
La Policía Federal argentina siempre tuvo un abultado expediente sobre Bormann, que cuenta como su cuerpo fue repatriado a Alemania en 1970 y que fue enterrado en el mismo lugar donde se decía que había muerto. Cuando en 1988 se le hicieron pruebas de ADN a su cráneo, se concluyó que era el cráneo de Bormann que estaba cubierto con una solidificada tierra colorada. El perito de parte del estado alemán quiso dejar constancia en el acta de la autopsia que esa tierra —que no existe en Europa— era realmente tierra paraguaya. Hudal escribió en su diario: “La guerra de los aliados contra Alemania no fue una Cruzada, sino una rivalidad entre complejos económicos que lucharon para conseguir la victoria. Por estas razones después de 1945 me sentía obligado a dedicar todo mi trabajo de caridad, principalmente a antiguos nacionalsocialistas y fascistas, y en especial a los llamados ‘Criminales de Guerra’.
Para terminar, no podemos dejar de hablar de la más poderosa organización nazi para ayudar a los suyos a evadir sus responsabilidades legales por los crímenes de guerra, y preferentemente a antiguos oficiales de la SS; es decir la organización supuestamente fundada por Heinrich Himmler que conocemos por ODESSA (Organisation der ehemaligen SS-Angehörigen u Organización de Antiguos Miembros de la SS) fundada en 1946 y que completó la obra de protección que habían comenzado las organizaciones anteriores. ODESSA fué dada a conocer por el judío austriaco Simon Wiesenthal, que siempre mantuvo que no era la única organización secreta mundial, sino que existieron varias organizaciones, tanto abiertas como encubiertas (incluyendo la OSS, conocida en la actualidad como CIA, varios gobiernos latinoamericanos y redes de clérigos católicos desde Italia), que ayudaron a los ex-SS a huir de Alemania.
Durante el Gobierno de Perón, llegaron a la Argentina unos 5,000 nazis de un total de los 9,000 que llegaron a Sudamérica, a través de la organización ODESSA. Se sabe que el Gobierno de Perón vendió un total de 10,000 pasaportes en blanco a ODESSA.
En 1938 siguiendo la política de Hitler sobre los judíos en tránsito, el gobierno argentino promulgó secretamente una Ley de Inmigración que restringía el acceso a todo individuo “despreciado o abandonado por el gobierno de su país”. Esto implícitamente apuntaba a los judíos y otras minorías que huían de Alemania en ese momento. Esta legislación, aunque en desuso por muchos años, fue revocada el 8 de junio de 2005.
En los últimos días del III Reich escaparon un gran número de responsables nazis de alto rango, cuan fácil le habría resultado al Führer incluirse entre ellos; a lo que si se añade la legión de testimonios de gran precisión y solvencia, cabe pensar que Hitler tuvo la ocasión, los medios y la oportunidad para planear la farsa de su suicido, que los Aliados se tragaron voluntariamente -para no dar pie a ser buscado activamente y dar carpetazo a su final- a cambio de poderosas razones como negociados con los Aliados que le mantuvieron bajo un escudo protector de sectores de poder anglo-norteamericanos, los mismos que lo habían financiado para que, de humilde pintor, llegara a ser canciller de Alemania, dentro de un supuesto pacto secreto Washington-Berlín que contemplaba un plan de evacuación nazi para personas, tecnología, documentos y divisas; y que se materializó especialmente en la transferencia de tecnología nuclear, que sabiendo perdida la guerra en el escenario europeo, sirvió para acelerar el fin en el complicado frente del Pacífico donde la contienda parecía no tener fin.
El precio parecía razonable viendo que los Estados Unidos del vicepresidente Harry S. Truman -Presidente de facto en 1945- tendrían un inmenso ahorro en el descomunal coste de vidas y recursos en una guerra de desgaste contra Japón.
El propio Stalin sostuvo hasta su muerte en 1953 que Hitler había huido y así se lo hizo saber a los Aliados en 1945. En los archivos rusos hay tres versiones taquigráficas de Stalin que testifican que sostuvo su convencimiento a hasta el final.
Comentarios recientes
25.11 | 00:55
Jorge gracias, esa es la idea de este blog, compartir datos históricos y otros divertidos, siempre con la idea de cultura
16.11 | 05:32
Verdaderamente ilustrativo, gracias por compartir estas enseñanzas.
28.10 | 14:04
Leí hace años de una mujer a la que le habian desaparecido varios empastes y tenia esos dientes sanos.
Además, existen una serie de fotografias, de logos en vehículos, que atestiguan la veracidad.
23.10 | 15:49
Los Griegos ganaton a los Atlantes-Iberos.