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Hace poco, un amigo me preguntó si existía una carta de Díaz Abjurando la Constitución de 1857. La abjura no fue a la Constitución, sin embargo esta abjura llevaba jiribilla ya que se trataba de una abjuración masónica de Díaz y eso tocaba de manera directa a la Constitución de 1857 hecha por masones, y por supuesto, si existe esa carta, solo puede estar en poder de la Iglesia, la pregunta va en el sentido de que a diferencia de Juárez y Lerdo de Tejada, (masones) que rompieron lanzas con la iglesia, Díaz debió de haber abjurado de manera indirecta a la constitución vigente de 1857 a cambio de la absolución de los pecados de Delfina por vivir en amasiato con Díaz cuando ella estaba en su lecho de muerte. Pero, como dije, no existe un documento como tal a la luz pública, y si existe debe estar muy bien guardada, o simplemente ya fue destruida, sin embargo, como lo describe un tataranieto del General Díaz Carlos Tello Díaz, en su obra “Porfirio Díaz su vida y su tiempo, Capítulo La Ambición” de 1867-1884, en el pie de página N° 4, en el tema de la Muerte de Delfina, del Capítulo "La presidencia" ahí describe una carta de “abjuración masónica” que encontró en el archivo de abjuraciones del arzobispado de la Mitra de la Ciudad de México y fue escrita en la madrugada del 7 de abril de 1880 a la luz de una vela (según describe el escritor) y que copió de manera literal y la reescribe en ese libro y que aquí reproduzco.
“El Suscrito Porfirio Díaz,
Declaro que la Religión Católica Apostólica Romana fue la de mis padres, y es la mía, en que he de morir.
En cuando he protestado en guardar y hacer guardar la Constitución Política de la República, lo he hecho en la creencia de que no contrariaban los dogmas de la iglesia y de la religión y que nunca tuve voluntad de herirlos.
Declaro igualmente que, habiendo estado repetidas veces en posición encumbrada y aun suprema en la administración, nunca cultivé el pensamiento que a todos nos asalta de aprovecharme de las leyes que nacionalizaron los bienes eclesiásticos, y que no poseo cosa alguna por ese complot.
Declaro, por último, que decepcionado de los motivos que me impulsaron a afiliarme en la masonería, me he separado de hecho de ella, aunque con el propósito de no dar por roto los deberes que contraje referentes a la recíproca protección fraternal masónica, pero con el de practicarlos sobre todo hombre, cuales quiera que sean sus creencias políticas y religiosas.
En fe de lo cual firmo en México 7 de abril de 1880.
Porfirio Díaz”
En los hechos durante el gobierno de Díaz es claro que algo así existió porque hasta parece que la historia se vuelve a repetir hoy en día y desconocemos las oscuras Intenciones por tanta manipulación y sucias estratagemas para evadir a la Constitución vigente se están haciendo por parte del Ejecutivo y su partido político.
Para dar una visión clara de lo que menciono, aquí un artículo analizando lo que pasaba en aquella época, donde el gobierno de Díaz, estaba haciendo lo mismo que hoy se hace cotidianamente a la nación, veamos:
La llegada de Porfirio Díaz al poder, significaba el triunfo de la democracia. Se pensó que la causa liberal por fin daría los frutos esperados desde el momento de la Restauración de la República, con los cuales se garantizaban la libertad de expresión y de prensa amplia y duradera. El clero sería relegado y el autoritarismo no tendría cabida en este gobierno. Pronto esta bella utopía vio su final, pues junto con la llegada de la poca política y mucha administración, fundadas bajo el positivismo, la paz, el orden, el progreso y enfocadas, principalmente, al crecimiento económico del país, también llegaron las diferencias sociales, los muchos pobres y los pocos ricos, el favoritismo extranjero, la pobreza, el hambre, el analfabetismo y la esclavitud asalariada.
Con todas estas características, la oposición al gobierno creció y creció hasta formar un monstruo incontenible con cada vez mayores ganas de denunciar los abusos y la desgracia en la que el país había caído desde la llegada de Díaz al poder. El Porfiriato y la prensa empezaban una etapa de reacomodo y formación; el primero se vio obligado a guardar las apariencias frente a la prensa y mantenía el principio de la no reelección, la destrucción de los cacicazgos y mantener vivos los ideales liberales; el segundo, ante un nuevo orden y un estado de las cosas incierto, comenzó a organizar nuevas publicaciones satíricas ilustradas. Esto significó una nueva guerra ideológica y escrita que daría frutos años más tarde.
Uno de los temas de las caricaturas políticas fue las violaciones a la constitución de 1857, la carta magna que había promulgado los derechos del hombre y que significó un triunfo para la mayoría de la sociedad. En las primeras campañas militares de Díaz, él mismo luchaba por hacer cumplir estas garantías, pero al momento de convertir su gobierno en una dictadura, esta misma Constitución, principalmente en lo concerniente a las libertades del individuo y a la democracia como régimen en el que el pueblo tenía la soberanía y podía elegir a sus representantes, significó un peligro y un obstáculo, por lo que se negaron las libertades.
Podemos pensar entonces que estas caricaturas estaban destinadas a terminar con la pasividad del pueblo, a demostrar que las leyes vigentes eran sólo letras en papel sin ninguna validez y sin aplicación práctica. Se necesitaba poner frente a la gente los problemas y los abusos cometidos a la carta magna. Se buscó hacer notar que la Constitución había pasado a ser una utopía bella, que se había alejado de los hombres y que se extinguía poco a poco por la voluntad de un solo hombre que buscaba un beneficio personal sin importar a cuanta gente perjudicaba y las consecuencias que esto traería. Las violaciones y abusos cometidos contra la suprema ley de México la hacían ver como una mártir ante los ojos de la sociedad y estaba pagando por los pecados cometidos al elegir a Díaz como presidente.
En esta caricatura podemos ver una representación religiosa en la que vemos la crucifixión de la Constitución de 1857 y a la libertad llorando por ella, mientras que por un lado vemos a un fraile riendo por su muerte. De nuevo nos encontramos con un simbolismo religioso para representar las violaciones a la carta magna. Si murió de la misma forma que Cristo es posible que después de ésta salga de su sepulcro y regrese al mundo de los vivos triunfante. Se espera que en un futuro no muy lejano resurgieran los derechos del hombre y la democracia republicana y liberal que se pretendía alcanzar con el gobierno de Díaz, que fue el bárbaro que mandó a la Constitución a la cruz. También debemos ver el título de la misma caricatura, ya que nos hace alusión al primer santo mexicano San Felipe de Jesús que murió crucificado y el 5 de febrero se celebra su día, así que es fácil que los caricaturistas hicieran esta equiparación. Ambos mártires murieron por la envidia y la codicia de unos cuantos, en las condiciones más trágicas y esto los hace ser mártires ante los ojos del pueblo y de los mismos caricaturistas.
También en el periódico de combate del Partido Liberal, Regeneración, aparecieron duras críticas a las violaciones constitucionales y la pérdida de los derechos del hombre promulgados en 1857 por hombres liberales que no había sabido respetar lo que ellos mismo había conseguido. En su publicación del 8 de febrero lo hacen patente: “La constitución ha muerto, y al enlutar hoy el frontis de nuestras oficinas con esta frase fatídica, protestamos solemnemente contra los asesinos de ella, que con escarnio sangrento al pueblo han vejado, celebren este día con muestras de regocijo y satisfacción.”[1] Podemos ver el descontento con las celebraciones que se hacían cada 5 de febrero para conmemorar su promulgación. El descontento no sólo se hacía evidente en las imágenes publicadas en El Hijo del Ahuizote, sino que aparecía en las ideas de los radicales mexicanos.
Después de hacer este pequeño análisis de una caricatura y la publicación en Regeneración, me atrevo a decir que el tema de la constitución fue de los que más preocupó a los hombres de la clase media que editaban periódicos o pasquines. Debemos tomar en cuenta que esto fue en un primer momento. La ideología con el paso de los años fue completamente opuesta, pero esto se debió a las circunstancias del momento y las situaciones del país. Esto refleja el verdadero sentido de la caricatura política y las publicaciones periódicas: La caricatura política es un modelo de síntesis de la realidad política, es la representación de la complejidad de los procesos políticos y sus actores, así como la manifestación de un periodismo de crítica que interpreta las distintas facetas de la realidad.
Puedo afirmar que la caricatura política y las publicaciones periódicas jugaron un papel fundamental para la creación de una nueva ideología: una ideología que buscaba la mejora de las condiciones de vida y sobre todo el fin da le injusticia a la que se había hundido al pueblo mexicano y la única solución era una lucha armada, una revolución.
Los motivos religiosos haciendo comparaciones con la realidad política del país es una constante interesante. Es obvio que se utilizaban para llegar a la gente de una manera muy sencilla. Desde la época colonial, la religiosidad fue una característica imprescindible del pueblo mexicano y si se les hablaba de mártires y vírgenes iban a comprender mejor las ideas que los caricaturistas querían representar. Como lo dije antes, se pretendía llegar a las fibras más sensibles de la población para concientizarla de que el cambio era necesario. La Revolución puede ser en gran medida una consecuencia del periodismo que se comenzó a realizar en la primera parte del siglo XX, unida a muchas más, pero creo que muchos autores lo dejan de lado y lo ven sólo como una manifestación de descontento por el estado de las cosas y la realidad que la mayoría de la población estaba viviendo.
[1] Ricardo Flores Magón, “La Constitución ha muerto” en, Regeneración, 8 de febrero, 1903
Bibliografía:
Revista “De todo un poco!!!” Artículo Publicado por Daniela Ivonne el miércoles, 25 de noviembre de 2009
Fernández, José
Diego, La constitución federal de 1857 y sus reformas, México, Suprema Corte de Justicia de la Nación, 2005, pp. 66
González Ramírez, Manuel, La caricatura política, México, FCE, 1974, pp.
143.
López Domínguez, Miguel, Crítica en imágenes: la caricatura política en el dictamen de Veracruz 1907-1911, México, Universidad veracruzana, 2008, pp.245.
Toussain Alcaraz, Florence, Escenario
de la prensa en el porfiriato, México, Universidad de Colima, 1989, pp.108.
Valadés, José, El porfirismo: historia de un régimen, México, UNAM, 1999, 3 volúmenes.
Tello Díaz, Carlos “Porfirio Díaz su vida y su tiempo”, Capítulo “La Ambición de 1867-1884", Tomo 2, 2018.
Hemerografía:
El Hijo del Ahuizote
Regeneración.
Comentarios recientes
25.11 | 00:55
Jorge gracias, esa es la idea de este blog, compartir datos históricos y otros divertidos, siempre con la idea de cultura
16.11 | 05:32
Verdaderamente ilustrativo, gracias por compartir estas enseñanzas.
28.10 | 14:04
Leí hace años de una mujer a la que le habian desaparecido varios empastes y tenia esos dientes sanos.
Además, existen una serie de fotografias, de logos en vehículos, que atestiguan la veracidad.
23.10 | 15:49
Los Griegos ganaton a los Atlantes-Iberos.