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Cayo Julio César (13 de julio de 100 a.C – 15 de marzo de 44 a. C.) fue un líder político y militar romano. Jugó un papel fundamental en la transformación de la República romana en el Imperio Romano.
Como político, César hizo uso de tácticas de popularistas. Durante finales de los años 60 y en de los 50 a. C., formó alianzas políticas que condujeron al llamado "Primer Triunvirato," un acuerdo extra legal o tácito para gobernar Roma con Marco Licinio Craso y Cneo Pompeyo Magno ("Pompeyo Magno") quienes dominaron la política romana durante varios años. Sus intentos de facciones para amontonar el poder para sí mismos se opusieron con el Senado, integrado por los optimates, entre ellos Marco Porcio Catón y Marco Calpurnio Bíbulo, con el apoyo ocasional de Marco Tulio Cicerón.
Julio César conquista la Galia y extendió el mundo romano hasta el mar del Norte, y en 55 a. C. también dirigió la primera invasión de Britania. Estos logros le conceden galardones militares inigualables y amenazaban con eclipsar a los otros gobernantes del Primer Triunvirato como Pompeyo y Craso. Debido a la muerte de Craso aumento las tensiones políticas entre los dos sobrevivientes triumvirales (Julio Cesar y Pompeyo) que produjeron realineamientos políticos en Roma que finalmente llevaron a un enfrentamiento entre César y Pompeyo, este último que había tomado partido por la causa de los senadores. Con el pedido que envió sus legiones a través del Rubicón para dispersarlos, César comenzó una guerra civil en el 49 a. C., de la que surgió como el líder inigualable del mundo romano.
Julio César, finalmente introdujo su poder exclusivamente, reformó el Senado romano, aumento el número de senadores de orientación política afina sus intereses. Además, aumentó el número de tribunales en colonias fundada por él. Fue nombrado por el Senado Máximo Pontífice, Padre de la Patria, nombrado Dictador perpetuo y había aprobado varias leyes que concentraban el poder en sus manos
Como consecuencia, el Senado perdía su poder, permaneciendo como una asamblea consultiva que aprobaba resoluciones, resoluciones que el dictador podía pasar por alto, sin dar siquiera una explicación para hacerlo. En lo sucesivo sería César quien tendría el derecho exclusivo de disponer de las finanzas del estado, y quien prepararía la lista de los candidatos al consulado y demás magistraturas. Así, de hecho, ya poseía todos los poderes de un monarca. No le faltaba más que el título. A este respecto, empezó una propaganda insinuante emprendida por ciertos agentes para preparar a la opinión pública, que era muy hostil a la idea de volver a la monarquía.
Los últimos acontecimientos acaecidos y, en particular, el rumor de lo que se preparaba para el 15 de marzo en el Senado, motivaron que lo que quedaba de la facción optimate y, entre ellos, Cayo Casio Longino, decidiesen pasar a la acción. Cayo Casio se dirigió a algunos hombres en los que creía poder confiar, y que a su juicio compartían su idea de dar muerte al dictador librando así a Roma del destino que él creía que le esperaba: un nuevo imperio cosmopolita, dirigido desde Alejandría. Sin embargo, Cayo Casio Longino no era probablemente el hombre adecuado para ser la cabeza visible de este tipo de acción, y se acordó tantear a Marco Junio Bruto, considerado como el personaje indicado para este papel.
El nombre de Marco Junio Bruto atrajo varias adhesiones valiosas, no en vano se decía descendiente de aquel otro Bruto (Lucio Junio Bruto) que había dirigido la expulsión del último rey de Roma, Tarquinio el Soberbio en 509 a. C.; entre otras adhesiones a la trama, se produjo la de Décimo Junio Bruto Albino, un familiar del dictador, en quien éste tenía entera confianza. También es de señalar que muchos de los conspiradores eran ex pompeyanos reconocidos, a los que César había perdonado la vida y la hacienda, incluso confiando en ellos para la administración del Estado (Casio y Bruto fueron gobernadores provinciales, nombrados por César)
Julio César saldría en la mañana del día, y debía asistir a la sesión del Senado. Además, su esposa Calpurnia tuvo premoniciones las cuales le aterraron, pero Cesar le dijo que solo debía temerse al miedo mismo. El general Marco Antonio, había escuchado vagamente de la trama de conspiración para matar a Julio Cesar la noche anterior y temiendo lo peor, fue al encuentro de César en el Foro del senado. Sin embargo, el grupo de senadores conspiradores interceptaron a César justo cuando se encontraba pasando el teatro de Pompeyo, situado en el campo de Marte y lo dirigieron a una sala adyacente al pórtico del Teatro de Pompeyo
César fue asesinado por 23 puñaladas en el mes de marzo del año 44 a. C., por un grupo de senadores conformados por Marco Junio Bruto y Cayo Casio Longino durante una reunión en el teatro de Pompeyo. Aproximadamente 50 a 60 personas eran parte de la conspiración. Cuando se cometió el asesinato de César dirigió sus últimas palabras famosas a Marco Bruto: "Tú también, Bruto, hijo mío" o "tú también hijo mío" o quizás dijo: "¡Bruto, hijo mío, también tú!". Julio Cesar murió Probablemente por sus muchas heridas.
Cicerón, un opositor político de César, pero que no participo en la Conspiración, fue testigo de la acción y escribió más tarde en una carta a su amigo Atticus, sobre el asesinato de César que fue justo el final de un tirano. Es, por lo tanto, también llamado tiranicidio.
Comentarios recientes
25.11 | 00:55
Jorge gracias, esa es la idea de este blog, compartir datos históricos y otros divertidos, siempre con la idea de cultura
16.11 | 05:32
Verdaderamente ilustrativo, gracias por compartir estas enseñanzas.
28.10 | 14:04
Leí hace años de una mujer a la que le habian desaparecido varios empastes y tenia esos dientes sanos.
Además, existen una serie de fotografias, de logos en vehículos, que atestiguan la veracidad.
23.10 | 15:49
Los Griegos ganaton a los Atlantes-Iberos.