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Se le conoce como el castillo de las Damas por las señoras que lo construyeron o lo habitaron durante cinco siglos: Diana de Poitiers (que da nombre al jardín más importante), Catalina de Médicis, Luisa de Lorena o Louise Dupin, que recibió en su salón de recepciones a personalidades como Voltaire, Montesquieu o Rousseau. El caso es que estamos ante el que tiene los interiores más impresionantes de todos los castillos del Loira.
El Castillo de Chenonceau nunca fue pensado para fines defensivos en Francia. Su torre-mazmorra nos da pistas acerca de los primeros propietarios de la finca de Chenonceau. Fue la familia De Marcos en el año 1243, naturales de Auvernia. Aquí residieron los De Marcos en una fortaleza mucho más pequeña que la que conocemos hoy en día, rodeada por las aguas del río Cher y en las proximidades de un gran molino.
Entrando en el siglo XVI, la familia De Marcos puso a la venta algunas de las tierras de Chenonceau. Thomas Bohier, intendente de los asuntos financieros en Normandía en la corte de Francisco I, comenzó a comprar tierras para el construir su imperio. Con el tiempo, Bohier compró a la familia De Marcos todas las tierras del castillo.
Una vez con las tierras en su poder, Bohier ideó una serie de planes para levantar un nuevo «castillo-residencia». Los trabajos de construcción, que fueron dirigidos por la esposa de Thomas, Katherine Briçonnet, se completaron en 1521. Lamentablemente, Thomas no pudo disfrutar por mucho tiempo de su castillo, ya que murió tres años más tarde.
Tras la muerte de Thomas, el castillo quedó en manos de su hijo Antoine, aunque el rey Francisco I de Francia confiscó la propiedad basándose en irregularidades en los asuntos financieros. El hijo de Francisco I, Enrique II, residió en el castillo tras la muerte de su padre.
El siguiente propietario del castillo fue Diana de Poitiers, la amante favorita de Enrique II. En 1551, Diana se decidió a decorar los jardines del castillo. Diseñó un nuevo parque y jardín (uno de los más hermosos de Francia). Diana también mandó construir un magnífico puente arqueado a través del río que da la impresión de que el edificio está flotando en el agua. Aquí es donde Enrique II y Diana vivieron sus mejores momentos de romance.
Después de la muerte de Enrique II, Catalina de Médici, la esposa con la que Enrique II tuvo diez hijos, se hizo con el control del castillo en detrimento de Diana, la mujer que se entrometía en su matrimonio con Enrique.
Habitación de Catalina de Médici en el Castillo de Chenonceau.
Catalina decoró el complejo con majestuosos arcos, fuentes de agua cristalina, obeliscos, altas columnas y estatuas de gran belleza. También decidió construir otro exuberante jardín.
Hoy en día el palacio está rodeado por dos jardines: el primero creado Diana de Poitiers, y el segundo, por Catalina de Médici. El protagonismo de las mujeres en la construcción del Castillo de Chenonceau bien le valió el apodo de «castillo de las damas».
– En 1580, el arquitecto francés Jacques Androuet du Cerceau construyó una nueva ala en el puente sobre el río Cher.
– La siguiente mujer que se involucró en el Castillo de Chenonceau fue la esposa del rey Enrique III, Luisa de Lorena-Vaudémont. Su habitación se encuentra en el segundo piso del castillo y en ella se sigue manteniendo el luto por el asesinato de su marido.
– En la segunda mitad del siglo XVII, Luis XIII fue el último rey que residió en el Castillo de Chenonceau. Después de él, nadie más lo hizo permanentemente.
– En 1864 el castillo fue comprado por Marguerite Pelouze, quien lo restauró y devolvió a su aspecto anterior.
– En 1888, después de que la familia Pelouze se declarase en quiebra, se confiscó la propiedad. Desde entonces, se alternaron los propietarios del castillo. En 1913, tras una subasta, Henri Menier se convirtió en el propietario del Castillo de Chenonceau por 1,361,660 francos (aproximadamente 1,200,000€). Henri murió ese mismo año y la propiedad se la quedó su hermano Gaston. A partir de ahí, el castillo fue de generación en generación de los Menier.
– En 1914, durante la Primera Guerra Mundial, el Castillo de Chenonceau se transformó en un hospital que anteidó a más de 2000 soldados heridos.
– Durante la Segunda Guerra Mundial, el Castillo de Chenonceau fue refugio para los guerrilleros.
En la actualidad el castillo ha sido completamente renovado y está abierto para visitas. Cuenta con un museo de cera en el que sus figuras son personas históricos y respetables de Francia. Justo antes de la entrada a la finca se encuentra un precioso callejón con flores rodeado de árboles centenarios. En el lado derecho se encuentran los jardines de Diana de Poitiers.
Ahora, tal vez, el castillo es más conocido como el «castillo de las damas», pues sus propietarias fueron las que crearon exuberantes jardines, callejones, paredes, torres, puentes y exquisitas
Comentarios recientes
25.11 | 00:55
Jorge gracias, esa es la idea de este blog, compartir datos históricos y otros divertidos, siempre con la idea de cultura
16.11 | 05:32
Verdaderamente ilustrativo, gracias por compartir estas enseñanzas.
28.10 | 14:04
Leí hace años de una mujer a la que le habian desaparecido varios empastes y tenia esos dientes sanos.
Además, existen una serie de fotografias, de logos en vehículos, que atestiguan la veracidad.
23.10 | 15:49
Los Griegos ganaton a los Atlantes-Iberos.