La Casa de De la Torre y Mier - Díaz

La Casa de De la Torre y Mier - Díaz

En lo que probablemente sea una de las más hermosas fotografías que se tomaron de la casa número 1 de la Plaza de la Reforma, arriba aparece una imagen de Casasola, captada en 1909 para el libro “Crónica Oficial de las fiestas del Primer Centenario de la Independencia de México”. La casa se había edificado por orden de don José Ignacio Mariano Santiago Joaquín Francisco de la Torre y Mier (1866 –1918), acomodado empresario, hacendado y político mexicano que sería recordado por estar emparentado con la familia del presidente Porfirio Díaz, así como por estar involucrado en el escándalo de “Los 41”.

Ignacio de la Torre nació el 25 de julio de 1866 en la casa del Marqués del Apartado (diseñada por Manuel Tolsá por 1795 para don Francisco Manuel de Fagoaga y Arozqueta, en las ahora calles de Donceles y República Argentina) en que residía su acaudalada familia. Era el menor de los siete hijos del empresario del azúcar Isidoro Fernando José Máximo de la Torre Carsi (1818-1881) y María Luisa de los Ángeles Mier y Celis (1830-1866). Ignacio fue educado en los mejores colegios de México y Estados Unidos. Sus hermanos fueron Susana, Isidoro, Tomás, Concepción, María Guadalupe y Esperanza. 

Como herencia de su padre, que murió en Francia el 28 de agosto de 1881, Ignacio recibió la hacienda de Santiago Tenextepango en Morelos, que era una de las más productivas de su tiempo, con una extensión de 16 mil hectáreas y dedicada a la producción de caña de azúcar. Después de la Guerra de Independencia de Cuba, el estado de Morelos competía intensamente por el mercado del azúcar contra Hawái y Puerto Rico, por lo que De la Torre invirtió de manera importante para mejorar la infraestructura productiva de sus tierras y logró un éxito sorprendente.

 

El 16 de enero de 1888, después de un breve cortejo y fugaz noviazgo, casó con Amada Díaz (n. 8 de Abril de 1867) --hija natural y predilecta del presidente Díaz cuya madre era una indígena de Guerrero llamada Rafaela Quiñones, recibiendo la bendición matrimonial del arzobispo Pelagio Antonio de Labastida y Dávalos. 

Ignacio De la Torre y Mier

Amada Díaz Quiñones

Cuatro años después, se mudaron a la casa que don Ignacio había edificado en un magnífico terreno con el número 1 de la Plaza de la Reforma, justo frente a la estatua ecuestre de Carlos IV (Tolsá, 1802), al arranque del Paseo de la Emperatriz y donde apenas unos años atrás había estado el acceso a la "Plaza de Toros del Paseo Nuevo", también llamada “Grán Coliseo Nuevo”.

Ignacio era De la Torre fue miembro de la dirección del Banco de Londres y México; además, con el apoyo de su suegro, fue electo diputado de la XVI Legislatura del Congreso de la Unión de México al poco tiempo de casado. Luego, en 1892, fue nominado candidato a gobernador del Estado de México, pero su candidatura se vio atacada por su reputación de tener una vida “licenciosa” y hubo de retirarse... 

Siguiendo un proyecto del ingeniero militar Ignacio De la Barra (quien años después, según nos dice Israel Katzman, edificaría con Porfirio Díaz hijo y Carlos Noriega el Manicomio de La Castañeda), se edificó en 1891 la casa de Plaza de la Reforma I, con criterios conservadores de tradición francesa que pretendía evocar el Palacio de las Tullerías y la arquitectura del segundo Imperio en un terreno de apenas 800m². Abajo, en el plano oficial de la Ciudad de México, correspondiente a 1910, se marca en rojo el terreno en cuestión. 

La casa se desarrollaba en derredor de un patio cubierto, con dos niveles y desván, con fachadas de diseño simétrico y mansarda central curva (buharda), que contaba tres cuerpos y a la vieja usanza, desarrollaba una “Planta Noble” residencial en la planta intermedia; en planta con acceso de la calle, pórtico para carruajes, recibidores, caballeriza, cocina y pagaduría, así como recamaras de invitados en la buharda y “cuartos de criados” en un patio triangular en la parte de atrás. Abajo, en una postal de la American Postcard Co., la casa probablemente en 1897.

American Postcard Co., la casa probablemente en 1897.

American Postcard Co., la casa probablemente en 1897.

Dice Carlos Tello Díaz, en "El exilio. Un retrato de familia" (México 1993, Editorial Cal y Arena) que la estatua de Carlos IV parecía dar la bienvenida a quienes visitaban a los De la Torre / Díaz...

 
Abajo, en una imagen de EL MUNDO ILUSTRADO, que apareció el domingo 21 de octubre de 1901, podemos ver la fachada lateral de la casa con el jardín triangular hacia el sur y sus rejas a Plaza de la Reforma,
al lado, en una imagen de 1924, la escalera que llevaba del acceso de carruajes a la “Planta Noble”; sorprende el que recuerda más las casas Coloniales que la modernidad Porfiriana...

Al interior de la casa, los fastuosos espacios sorprendía a propios y extraños; como muestra basta ver el “salón de recibir”, que abría sus tres ventanas (a la derecha de la imagen) al balcón principal con vista al sur, a la Plaza de la Reforma y hacia el “Caballito” de Tolsá. La decoración, renovada entre 1909 y 10 se había puesto al día para estar acorde con los festejos del Centenario durante Agosto y Septiembre de 1910…

“Crónica Oficial de las fiestas del Primer Centenario de la Independencia de México”,

“Crónica Oficial de las fiestas del Primer Centenario de la Independencia de México”,

Gracias al libro “Crónica Oficial de las fiestas del Primer Centenario de la Independencia de México”, publicado en 1911 por la Secretaría de Gobernación y bajo la dirección de Genaro García, podemos tener una idea clara de la apariencia de la casa en 1910. El texto nos dice que como representante de S.R.M. Victor Manuel III venía don Alfredo Capece Minutolo, “miembro de una de las más linajudas familias de la nobleza italiana y Excelentísimo Marqués di Bugnano” quien llegó a la estación Buenavista el 4 de Septiembre, para luego ser conducido con “la Excelentísima señora Marquesa, su esposa, y sus acompañantes en carruajes presidenciales a la magnífica residencia del señor Diputado don Ignacio de la Torre y Mier”, investida como Embajada Especial de Italia.

Arriba a la derecha, las páginas 2 y 3 del libro “Crónica Oficial…”, donde se da cuenta de la llegada de la legación italiana y la residencia que ocuparon durante su estancia. En las siguientes páginas, aparecen fotografías que muestran los aposentos de la residencia (convertida “honoríficamente” en embajada Italiana) que ocuparían los visitantes y que no eran otra cosa que las habitaciones de la casa De la Torre- Díaz. Abajo, la imagen que al pie dice: “Antesala de la residencia de la embajada Italiana” que muestra el Salón Sur de la casa, por cuyas ventanas (a la derecha) alcanzaba a verse el Castillo de Chapultepec. 

Abajo, el pie de foto indica: “Comedor de la residencia de la embajada Italiana” y más abajo “Recámara que ocupó S.E. el Marqués di Bugnano” y que era la recámara del propio don Ignacio De la Torre, en el ala norte de la casa. 

Finalmente, en una imagen que se conserva en la Fototeca Nacional, aparece la recámara de “la Excelentísima señora Marquesa di Bugnano”, habitación de doña Amada Díaz Quiñones. 

Con el cambio de siglo, el matrimonio De la Torre-Díaz se había ya encaminado al fracaso, pues don Ignacio escandalizaría a la sociedad y a la familia presidencial por “sus costumbres licenciosas”, en lo que aparentemente fue una relación homosexual. Todo parece indicar que la pareja no llevaba una vida matrimonial feliz: aunque muy a la manera de la época, él vivía en una de las alas de su casa de Reforma y sólo se acompañaban cuando debían presentarse a los actos de sociedad y los del protocolo presidencial. Pese a ello, como parte de la familia de don Porfirio Díaz, Ignacio de la Torre y Mier asistió a innumerables funciones políticas y sociales, incluyendo las bodas de Porfirito Díaz Jr. con Luisa Raigosa en 1897 y de Luz Díaz con Francisco Rincón Gallardo en 1899. Las tensiones llegaría a su punto culminante en 1901 y los rumores transformarían al habitante de Reforma 1 en comidilla de la sociedad…

Abajo, la ilustración del periódico “Hoja Suelta” publicado a fin de 1901 a raíz del Baile de los 41 y que además del grabado de José Guadalupe Posada, llevaba impreso el CORRIDO (anónimo) que se haría famoso: Cuarenta y un lagartijos / disfrazados la mitad / de simpáticas muchachas / bailaban como el que más… Vestidos de raso y seda / al último figurín, / con pelucas bien peinadas / y moviéndose con chic...

Se dice que D. Ignacio de la Torre tuvo amoríos con ese joven llamado Emiliano Zapata

Se dice que D. Ignacio de la Torre tuvo amoríos con ese joven llamado Emiliano Zapata

El 18 de noviembre de 1901 la policía realizó una redada en una ruidosa celebración de la Calle de la Paz (hoy Ezequiel Montes, muy cerca de donde se edificaría el Palacio Legislativo), en lo que llegaría a conocerse como «baile de los cuarenta y uno», una fiesta de disfraces en la que la mitad de los hombres estaban travestidos. Corrió un insidioso rumor de que en realidad habían sido 42 los detenidos, siendo precisamente el número cuarenta y dos Nacho de la Torre, que se habría salvado de ir a prisión por ser el “yerno de sus suegro”. Para 1909, las cosas parecían haberse olvidado, y la pareja De la Torre-Díaz volvió a aparecer en innumerables fiestas y reuniones. 

Así, la residencia llegaría a 1911 como una casa marcada por las anécdotas y habladurías; años después, también se diría que ahí había sido caballerizo mayor un muchacho del pueblo de Anenecuilco, que luego de trabajar en el corral de la hacienda de San Carlos Borromeo y demostrar buen conocimiento en caballos, sirvió en 1906 y durante seis meses en la mansión de Reforma; resentido de ver que los caballos de De la Torre vivían mejor que los campesinos de Morelos, Emiliano Zapata se uniría a la Revolución…

 

Tras la dimisión del presidente Porfirio Díaz, la noche del 25 de mayo de 1911 Ignacio y Amada lo acompañaron al andén de San Lázaro rumbo a Veracruz, pero ambos permanecieron en la ciudad de México. En la administración del presidente Francisco I. Madero, De la Torre mostró abiertamente su oposición hacia su régimen e insistentemente se dijo que financiaba muchos de los diarios que atacaban a Madero y días antes de la decena trágica, la casa de Reforma fue asaltada. Luego del asesinato de Madero, el matrimonio cerró la casa y fueron a vivir a la quinta del Parque Lira, en Tacubaya. Durante el período de turbulencia, la casa frente al Caballito fue confiscada por las fuerzas constitucionalista y ocupada por la tropa del General Pablo González. La imagen de abajo, captada por J. Morán, aunque con mala calidad muestra el momento del paso de revista; algo que me fascina de la foto, es que se puede apreciar la enorme dimensión de la casa… 

Poco tiempo después, De la Torre, fue detenido en la penitenciaría de Lecumberri por órdenes de Venustiano Carranza, bajo los cargos de difamación al gobierno de Madero y por apoyar el ilícito régimen de Victoriano Huerta y se dice que en ese trance, Amada lo visitaba a diario en prisión.

Liberado por Zapata y puesto bajo arresto domiciliario le fueron expropiadas las haciendas en Yautepec y Cuautla así como a casa de Reforma I. A fin de 1917, amenazado de arresto por Carranza, don Ignacio huyó a Puebla y abordó un vapor hacia Estados Unidos. Se estableció en Nueva York donde murió el 1 de abril de 1918. Su esposa Amada que permaneció en México hasta su muerte, hubo de vender muchas de sus propiedades para pagar las inmensas deudas que le heredó. Abajo, una imagen de doña Amada Díaz de la Torre en 1825 y a la derecha, en una extraordinaria fotografía que le fue obsequiada a Rafael Fierro Gossman por una de sus alumnas, “doña Amadita” afuera de su casa en la Colonia Condesa en los años sesenta.

A partir de 1918 la casa de Reforma 1 recibió varios ocupantes, pero para 1921 se transformó en sede de la Lotería Nacional y para 1924 había sido remozada y contaba seis letreros luminosos que advertían de su nuevo uso.

Arriba, el despliegue publicitario en la publicación especial “MÉXICO” de Excélsior en Octubre de 1925, donde se indica que el edificio fue “adquirido en propiedad para sus oficinas y talleres” e indica que “tiene un valor efectivo de más de medio millón de pesos”; a la derecha lo que había sido el acceso de carruajes, remodelado en 1924 a fin de recibir el “Salón de sorteos” de La Lotería Nacional.

En 1931, el Consejo Directivo de la Lotería Nacional autorizó la adquisición y enajenación de los tres predios aledaños a la casa; eso aunado a la corrección del trazo de la calle de Tomás Alva Edison y la apertura de la calle Lotería definieron los límites de un nuevo terreno en que se podría edificar un edificio moderno y acorde con las nuevas tendencias de la arquitectura. Abajo, una toma de 1931, justo antes de la destrucción de la casa de Plaza de la Reforma número 1; más abajo una imagen del balcón central, tomada en 1932 durante la demolición… 

Entre 1932 y 1942, se edificó el nuevo edificio de la Lotería Nacional, siguiendo un proyecto del ingeniero José A. Cuevas. El edificio sufrió algunos daños luego del sismo de 1957, pero en 1985 se vio severamente afectado y le fue retirado el remate de “platos” y la antena de transmisión. Abajo, una fotografía de 1951.

Finalmente, y a manera de comparación, un par de imágenes del mismo sitio con encuadre muy similar, aunque tomadas con unos noventa años de diferencia… (el autor Añadió al edificio de la Lotería el remate original) 

Articulo Originalmente Pubicado por Rafael Fierro Gossman

Comentarios recientes

25.11 | 00:55

Jorge gracias, esa es la idea de este blog, compartir datos históricos y otros divertidos, siempre con la idea de cultura

16.11 | 05:32

Verdaderamente ilustrativo, gracias por compartir estas enseñanzas.

28.10 | 14:04

Leí hace años de una mujer a la que le habian desaparecido varios empastes y tenia esos dientes sanos.

Además, existen una serie de fotografias, de logos en vehículos, que atestiguan la veracidad.

23.10 | 15:49

Los Griegos ganaton a los Atlantes-Iberos.

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