A Relax Place
De origen humilde, este lugar se ubicó en tiempos prehispánicos en el barrio de Cuepopan, uno de los cuatro que conformaban la gran ciudad lacustre de México-Tenochtitlan. A lo largo del Virreinato fue conocida como la Plazuela del Jardín, cuyo trazo aún no estaba definido; se le veía rodeada de jacalones habitados por los indígenas considerados vagabundos o ladrones; cabe recordar que esta zona, al norte de la capital, quedaba fuera de la traza española.
En el siglo XIX comenzaron a establecerse varias pulquerías a su alrededor que gozaron de mucha popularidad entre la población. Por 1830 las pulquerías sólo podían vender su producto a través de pequeños mostradores en las fachadas, porque no se permitía el paso al interior del local. Entonces los que gustaban del pulque no tenían otra opción más que beberlo en plena plazuela, con lo cual empezó a adquirir su perfil fiestero.
Esta plaza entró en la historia de la Ciudad de México al ser la sede, en 1871, del problemático mercado El Baratillo, donde se vendían objetos, baratijas de segunda y tercera mano, e incluso cosas robadas. También era el lugar de asaltos, fraudes y “léperos”. Los comerciantes del mercado propusieron a las autoridades construir un inmueble de mampostería, pero la idea no prosperó.
Para 1884 se autorizó la desaparición del mercado; sin embargo, muchos comerciantes continuaron vendiendo sus objetos y productos. Muestra de ello fueron los puestos de ropa y pieles, zapatos, fierros, fontanería y hojalatería que perduraron en la plazuela; además había puestos de comida y las pulquerías seguían creciendo en número y clientela.
A principios del siglo XX se empezaron a establecer diversas ferias con trenes de caballitos movidos a vapor, juegos de argollas y volantines; y más adelante se inauguró un Salón de Variedades con todo y cine. Algunas pulquerías ya tenían renombre, como La Diosa Hebe y la Fonda Aída. En contraste, se estableció en el costado sur de la plaza la Iglesia Evangélica Mexicana en 1907. Con todas estas actividades, la Plazuela del Jardín se convirtió en un sitio donde la gente iba a divertirse y a pasar un momento agradable.
Se sabe que hacia 1905 la plazuela disponía del clásico quiosco al centro. Después de algunas obras de mantenimiento, se llevó a cabo la reinauguración de esta plazuela el 12 de mayo de 1909 pero con un nuevo nombre: Plaza Garibaldi, en honor del ilustre héroe libertador de Italia, Giuseppe Garibaldi. El ambiente de fiesta continuó en los años siguientes y se consolidó cuando el presidente Pascual Ortiz Rubio autorizó a don Cirilo Marmolejo establecer el mariachi en la plaza, hoy conocida a nivel mundial.
Esta plaza es uno de los sitios más frecuentados por quienes visitan la ciudad y por los propios capitalinos que van en busca de diversión y de los tradicionales mariachis de la zona.
Plaza Garibaldi se localiza sobre Eje Central esquina Calle República de Honduras en el Centro Histórico de la Ciudad de México. De origen añejo, esta plaza era anteriormente conocida como "El Baratillo" debido a que anteriormente en ella funcionaba un pequeño tianguis de objetos de bajo precio. Con el paso de los años alrededor de ella se establecieron algunos centros de diversión nocturna, en algunos de los cuales se interpretaba música tradicional mexicana. Fue cuestión de tiempo para que la zona fuera famosa por sus músicos y sus mariachis, en busca de los cuales acudían los habitantes de la ciudad para amenizar sus eventos sociales o para llevar serenata a sus seres queridos.
Al estar localizada en las zonas colindantes entre el Centro Histórico y el barrio de Tepito, de carácter popular y deteriorado, la zona empezó a experimentar un periodo de decadencia debido a la inseguridad y a la pérdida de condiciones de habitabilidad del espacio público, lo cual obligó a que se llevaran a cabo obras de remodelación que han servido para dignificar el lugar, dentro un proyecto que incluyó el cambio de pavimentos y mobiliario urbano así como la construcción del Museo del Tequila y el Mezcal, mismo que inaugurado en 2010 como parte de los festejos del bicentenario de la Independencia y que busca dar nuevos bríos a esta tradicional plaza.
El Museo del Tequila y el Mezcal (MUTEM) abrió sus puertas a finales del 2010 como parte de los trabajos de regeneración urbana de la Plaza Garibaldi en el Centro Histórico de la Ciudad de México.
El MUTEM ocupa una nueva construcción que establece un contraste con su entorno a través de su llamativa fachada de cristal traslucido decorada con motivos de pencas de maguey (planta de donde se extrae el tequila) así como oscuras siluetas de mariachis que hacen alusión a los característicos conjuntos de música mexicana que podemos encontrar en el lugar.
En la planta baja el edificio presenta una planta libre que permite el libre cruce de peatones a Plaza Garibaldi así como el acceso al museo y una tienda donde se pueden comprar distintos tipos de tequilas y mezcales de todo el país. En el nivel intermedio se encuentra el espacio de exhibición donde se puede realizar un recorrido a través del cual podemos conocer la historia de estas bebidas así como sus características de producción. En la planta alta, este museo cuenta con una amplia terraza desde la cual se pueden tener agradables vistas del lugar y en la cual se se encuentra un bar donde puede realizar la cata y degustación de distintos tipos de tequilas, mezcales y productos de maguey.
Entre las actividades del museo se encuentran exposiciones temporales, recorridos a los alrededores, tertulias musicales y conferencias.
Comentarios recientes
25.11 | 00:55
Jorge gracias, esa es la idea de este blog, compartir datos históricos y otros divertidos, siempre con la idea de cultura
16.11 | 05:32
Verdaderamente ilustrativo, gracias por compartir estas enseñanzas.
28.10 | 14:04
Leí hace años de una mujer a la que le habian desaparecido varios empastes y tenia esos dientes sanos.
Además, existen una serie de fotografias, de logos en vehículos, que atestiguan la veracidad.
23.10 | 15:49
Los Griegos ganaton a los Atlantes-Iberos.