Elizabeth con el tamiz, un símbolo de la virginidad

Elizabeth con el tamiz, un símbolo de la virginidad

¿Porque la reina Elizabeth I decidió permanecer virgen?

La duda que siempre he tenido es: ¿Por qué Elizabeth Tudor decidió permanecer soltera? Su padre y su hermana parecieron muy obsesionados con la idea de procrear herederos varones. Eduardo Tudor apenas comenzaba a acariciar los planes de matrimonio que seguramente se habrían llevado a cabo de no ser por su muerte. Entonces, ¿Por qué Elizabeth fue la excepción?

Deformación sexual

Las teorías médicas sugieren que este personaje padecía alguna deformación sexual. Es probable que las mujeres encargadas de asear a Elizabeth, en sus primeros meses y años de vida, se dieran cuenta de que los órganos genitales de la niña no eran enteramente normales. Pero al llegar a la pubertad, las características sexuales femeninas de Elizabeth, como la conformación de senos y caderas y aparición de vello, tendrían lugar normalmente. Macías Torres sostiene que existe la posibilidad de que la reina Elizabeth nunca tuvo la regla. Cuando ya era reina, Francisco Suárez de Figueroa, duque de Feria que había sido embajador durante el reinado de María Tudor y que después se casó con lady Jane Dormer, informó al rey Felipe II que Elizabeth "tenía algo que la incapacitaba para el matrimonio". El duque no aclara en qué consistía esta incapacidad. Lytton Strachey opina que la reina padecía vaginismo, el cual es un trastorno funcional sin imperfección anatómica que consiste en un espasmo de los músculos de la entrada vaginal, y aún de todo el cuerpo, que se retuerce y contorsiona ante la amenaza de que va a tener lugar la cópula. Macías Torres se inclina más por la idea de que existía un obstáculo anatómico del cual ella era consciente y que la llevó a rechazar numerosas propuestas de matrimonio. 

Vaginismo

Leti, que vivió en Ámsterdam a finales del siglo XVII, sostuvo que (aunque en la actualidad no se acepte su opinión) que la reina era hermafrodita. En aquellos tiempos, incluso en los presentes, se califica como hermafrodita a cualquier ser cuyos órganos sexuales no están normalmente conformados. Desde el punto de vista científico actual, no es posible aceptar la existencia en la especie humana de verdaderos hermafroditas, pues éstos son capaces de fecundarse a sí mismos o, cuando menos, de fecundar a una hembra como machos y ser fecundados como hembras por un macho de la misma especie. En el hombre existen casos que antes se llamaban sexus anceps, es decir, sexo ambiguo, y las modernas investigaciones histológicas de las glándulas sexuales de tales individuos han demostrado que éstas carecen de valor funcional. Ni pueden fecundar ni ser fecundados. 

En los primeros años del reinado de Elizabeth, Ben Johnson decía que la reina tenía en sus genitales una membrana que le impedía conocer varón, lo cual coincide con lo que dijo Brantome (embajador en Escocia) acerca de que Elizabeth no podía tomar marido pues en sus genitales "sólo hay un pequeño orificio por el que orina, y nada más hasta el ano".

Durante el proceso de Robert Devereux, segundo conde de Essex, dejó escapar una frase: "Her mind as crooked as her body". Podría traducirse como "su alma tan deformada como su cuerpo"; hasta donde se sabe, Elizabeth no tenía ninguna deformación visible durante su vejez. Tal comentario podía referirse a los órganos genitales de la reina. Walter Raleigh decía que no se explicaba cómo le envidiaban la intimidad que tenía con la reina, pues ésta le encomendaba misiones desagradables y a veces contra-natura.

¿Por qué Elizabeth se indignaba tanto cuando sus amantes contraían matrimonio sin su permiso, que probablemente no les habría concedido?

  • Una razón sería que temía que, al tener ellos una esposa normal, encontrarán mayor satisfacción sexual en el método fisiológico que en los artificiosos que empleaban con la reina.
  • La otra razón es el riesgo de que en la intimidad conyugal éstos revelaran a sus mujeres la defectuosa conformación sexual de Elizabeth I. 1

¿Elizabeth sería en realidad un hombre?

En 1910, Bram Stoker publica "Famosos impostores", en la que cita la posibilidad de que la reina Elizabeth era hombre. Se cuenta que en su niñez, la princesa viajó a Bisley entre 1543/44, donde contrajo unas fiebres y murió. La institutriz, con temor a dar la noticia al rey, se dispuso a buscar una niña que reemplazara a Elizabeth. Al no encontrar ninguna, se arriesgó vistiendo a un niño con las ropas de la princesa. Cuando el rey fue a visitar a su hija, no se percató del engaño puesto que pocas veces miraba a la niña. Bram Stoker sostiene que el hecho de que nunca se casara prueba el que la famosa reina era un hombre. Así como el que se negara a ser atendida por médicos, salvo los de confianza, o la negativa a que se le hiciera una autopsia después de su muerte. El descubrimiento de un ataúd en Bisley, en el siglo XIX, que contenía los restos de una niña con galas del período Tudor también es citado por Stoker. El impostor que suplantó la identidad de la fallecida princesa sería un nieto de Enrique VIII (por parte de un hijo ilegítimo), lo que explicaría la semejanza física del niño de Bisley con Elizabeth (muy convenientemente). Según Stoker, Elizabeth guardaba un gran secreto que sólo su institutriz, Kat Ashley, y Thomas Parry conocían.

Esta teoría no tiene mucho sustento. Se sabe que Elizabeth desarrolló con normalidad las características sexuales femeninas en su pubertad. Los vestidos escotados que utilizaba evidenciaban unos pechos femeninos que desmienten la teoría de que la reina fuera varón. Y aunque ella exigiera ser atendida por sus médicos de confianza, cuando se llevaron a cabo las negociaciones matrimoniales fue examinada por un grupo de médicos. Cualquiera de ellos habría notado el verdadero sexo de la reina.

Por otro lado, ¿por qué la institutriz de la princesa tendría tanto miedo a la reacción del rey ante la muerte de su hija? La mortalidad infantil era muy común en esos tiempos. Ningún miembro del séquito de Henry Fitzroy fue castigado tras la muerte del duque, así como ninguno de los que acompañaban a los hijos varones de Catalina de Aragón que murieron prematuramente. No podía esperarse más de lady Elizabeth, una princesa convertida en bastarda por su propio padre, quien además había ordenado la ejecución de la madre de Elizabeth.

Una visión distinta sobre el matrimonio

En una época donde la sociedad estaba convencida de que el futuro más honorable para toda mujer era un buen matrimonio y vasta descendencia, Elizabeth debió tener una perspectiva diferente al haber sido testigo de los tres últimos matrimonios de su padre (aunque recordará poco a Jane Seymour y aún menos a su propia madre y a Catalina de Aragón). En uno de sus libros, Alison Weir ha mencionado que Parker escuchaba a Elizabeth "hablar con amargura de la santidad del matrimonio".

En "Elizabeth I: Un perfil psicológico", Larissa Taylor-Smither afirma que, aun cuando la pequeña Elizabeth de ocho años no fuera especialmente cercana a la quinta esposa de su padre, la ejecución de Catalina Howard debió haber tenido un poderoso efecto sobre su subconsciente. 

Sin duda, considero que la muerte de su joven madrastra debió despertar sentimientos encontrados en la joven y precoz princesa. Aunado a este aspecto, el efecto producido en Inglaterra por el matrimonio de su hermana María con Felipe de España no debió contribuir mucho a su ánimo de desposar a un príncipe extranjero.

Fuentes
1 Macias Torres, Ernesto, "Aportaciones ginecológicas a la biografía de Isabel I de Inglaterra", Revista Archivum, Universidad de Oviedo, volumen 15, 1965. 

Comentarios recientes

25.11 | 00:55

Jorge gracias, esa es la idea de este blog, compartir datos históricos y otros divertidos, siempre con la idea de cultura

16.11 | 05:32

Verdaderamente ilustrativo, gracias por compartir estas enseñanzas.

28.10 | 14:04

Leí hace años de una mujer a la que le habian desaparecido varios empastes y tenia esos dientes sanos.

Además, existen una serie de fotografias, de logos en vehículos, que atestiguan la veracidad.

23.10 | 15:49

Los Griegos ganaton a los Atlantes-Iberos.

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