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Construido sobre una pequeña loma, compuesto por dos torres y un cuerpo central que las une, y rodeado por una muralla que cierra el patio de armas, el de Argüeso representa el más destacado y antiguo ejemplo de castillo roqueño de Cantabria.
En este pequeño cerro que queda en la parte occidental del pueblo de Argüeso hubo, con anterioridad al castillo, una ermita (siglo IX) bajo la advocación de San Vicente, así como una necrópolis altomedieval de los siglos IX y X, cuyos restos pueden verse en lo que es el Patio de Armas del castillo actual.
El castillo, construido en el siglo XIV, guarda relación con las luchas entre señores de fines de la Edad Media. Los Mendoza, sus dueños sostuvieron pugnas contra los Manrique por el dominio de Campoo y otros territorios.
Un castillo es una edificación defensiva, pero también de vigilancia y plaza fuerte. Siendo la ganadería fuente de riqueza principal de la zona, el castillo controlaba una zona de trashumancia estacional del ganado. No lejos del castillo se localiza el puerto de montaña de Palombera y transita la ruta que desciende hacia la costa por el Valle del Saja, ruta ancestral de paso y trashumancia de ganado.
No fue Cantabria tierra pródiga en castillos o, al menos, no se han conservado. así como las torres señoriales poblaron toda la geografía regional, prácticamente solo las villas marineras se dotaron de castillos para proteger sus puertos: Castro Urdiales y San Vicente de la Barquera muestran aun los suyos; Santander no lo conserva. El cuarto castillo, al que se le ha quitado a veces este apelativo, fue el de Argüeso. Algunos historiadores han visto en él, dos torres sucesivas unidas por un muro formando recinto. Sin embargo, se aprecia unidad en el conjunto concebido por dos torres ligeramente desviadas para adaptarse a la topografía del terreno. Sobre lo alto de un cerro el castillo domina la comarca y custodia el camino. Se trata de la fortaleza de Los Mendoza.
Un castillo aúna su función de residencia señorial con la de fortaleza. En tiempos de reyes débiles, las pugnas entre nobles exigían casas fuertes. Los castillos se erigen en lugares de fortificación de fácil defensa.
La barbacana cierra el castillo como si se tratara de una muralla de gran espesor que se alza sobre los riscos del terreno. El punto más débil –la puerta de entrada- se protegía mediante un matacán o parapeto de madera apoyado sobre ménsulas de piedra.
Esta garita estuvo custodiada por el cuerpo de guardia del castillo que vigilaba entradas y salidas y defendía la fortaleza con armas arrojadizas a través de saeteras y trampillas.
Por comparación a las habituales casas-torre que los señores feudales se hacen construir por doquier en Cantabria del siglo XIV, este castillo se yergue majestuoso como una gran residencia señorial de amplios salones entre bastiones torreados.
Un gran patio de armas precede a las dos torres de cuatro plantas, unidas por el cuerpo central del castillo con tres plantas. En el centro, la puerta principal estuvo protegida desde encima por un voladizo de piedra apoyado sobre ménsulas. La fachada presenta arcos conopiales y ojivales y puertas en altura a modo de vanos amplios, más propios de una morada señorial que de una fortaleza defensiva.
Los siglos que preceden a la construcción del castillo fueron tiempos de reconquista y repoblación, siglos de arte prerrománico y sobre todo, siglos de necrópolis. Los restos materiales que quedan de aquellos tiempos como memoria histórica son fundamentalmente los enterramientos. el lugar durante la Edad Media, antes de que el castillo se erigiese.
Don Iñigo López de Mendoza, noble y literato, que merecía el título de Marqués de Santillana, fue desde un principio un miembro de la alta nobleza castellana como heredero de los linajes de la Vega, radicado en Asturias de Santillana y de los Mendoza, con extensas posesiones en el centro de Castilla. A su muerte en 1455 las tierras de Argüeso, como las de Santillana, pasan a su primogénito Diego Hurtado de Mendoza, que alcanzara el título de Duque del Infantado. A este le sucederá su hijo primogénito llamado Iñigo que porta de nuevo los títulos de II Duque del Infantado y Marqués de Santillana, a los que añade ya el de Marques de Argüeso y de Campoo. Es título, por tanto, hubo de crearse en época de Duque del Infantado. El castillo será en adelante residencia del alcaide de la fortaleza y Justicia Mayor del marquesado.
En la base de una de las torres, durante su reconstrucción, se decidió dejar en este punto un testigo para estudiar la serigrafía. También podemos observar una gárgola original, una rueda de moler y el único trozo de madera encontrado bajo los escombros. En el proceso de rehabilitación de castillo de Argüeso se realizaron excavaciones arqueológicas que arrojaron luz sobre la historia del castillo y sus elementos originales. Esta torre se edificó en el siglo XII sobre una ermita anterior del siglo IX dedicada a San Vicente.
La ermita se trasladó entonces al patio, donde estuvo hasta el siglo XVIII; de esta construcción solo se conserva una necrópolis con ocho tumbas localizadas mediante radiaciones y una tumba de lajas a la vista en cuyo interior se conserva un esqueleto del siglo IX. En el piso superior de esta torre estarían las habitaciones de los tenentes del castillo. La segunda torre del castillo se levantó en el siglo XIV, con un carácter más defensivo. Ambas torres se unieron en el siglo XV y se amuralló todo el perímetro de la fortaleza.
En 1989 se realizó una intervención arqueológica de urgencia en el interior de la torre medieval y en el patio de armas. Se pudo determinar la existencia de una necrópolis medieval -siglos IX-X- y restos de una vieja iglesia que dio el nombre de San Vicente al castillo.
La rehabilitación del castillo de Argüeso ha durado 15 años, cuyos resultados han sido realmente espectaculares. De un castillo ruinoso y hueco, como se puede apreciar en las fotografías que nos enseñaran en la recepción, han conseguido reconstruir una joya que no deberíamos perder la ocasión de visitarlo.
En el interior del Castillo de Argüeso se ha realizado una rehabilitación integral en madera de una calidad extraordinaria, por la familia Sobaleres oriundos de la zona. Un trabajo de auténticos artesanos, nos han dejado un magnifico legado y una posible reproducción del interior del castillo-palacio en la Edad Media. Utilizando réplicas de las herramientas de la época, han conseguido construir esta maravilla en madera, sin utilizar clavos en sus uniones. Detalles como las molduras, en el interior de sus amplios salones, nos dejaran perplejos, al recorrer salones, donde sería posible de recrear y ambientar cualquier película de época. En contraventanas y escalones apreciaremos el tajo que la herramienta del carpintero, ha trabajado sobre ella.
La recepción del castillo, posiblemente las caballerizas del mismo, de las cuales no se encontraron vestigios de su posible existencia, estéticamente muy logrado y en el que iniciaremos la visita al interior de la fortaleza. Una visita de la cual no deberíamos perder la ocasión de conocer, dada la belleza del lugar y de un trabajo de reconstrucción de un valor enorme.
Comentarios recientes
25.11 | 00:55
Jorge gracias, esa es la idea de este blog, compartir datos históricos y otros divertidos, siempre con la idea de cultura
16.11 | 05:32
Verdaderamente ilustrativo, gracias por compartir estas enseñanzas.
28.10 | 14:04
Leí hace años de una mujer a la que le habian desaparecido varios empastes y tenia esos dientes sanos.
Además, existen una serie de fotografias, de logos en vehículos, que atestiguan la veracidad.
23.10 | 15:49
Los Griegos ganaton a los Atlantes-Iberos.