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En el conocimiento de nuestro arte eclesial, mejor conocido como arte sacro, siendo antiguo como moderno, observamos una de las maravillas de los templos de más historia y valor artístico con que contamos, dentro de los prototipos de muchas iglesias en el panorama mexicano: el templo de la Profesa ubicado en el corazón de nuestra gran ciudad, con una magnífica historia arquitectónica, magno exponente del siglo XVIII, apreciamos el movimiento de los cambios sufridos alrededor del siglo XIX, conservando la riqueza de las artes figurativas que durante siglos fue acumulando, como pocas pudieron conservar como ninguna otra.
En el interior de la Profesa podemos apreciar por su importancia histórica-artística que guarda el magnífico cuadro de la Virgen del Pópolo que podemos apreciar en lo alto del retablo lateral del lado izquierdo, considerada una copia de finales del siglo XVI que San Francisco de Borja, tercer general de la compañía de Jesús, con permiso especial del pontífice reinante, mandó sacar de la imagen venerada en Santa María la Mayor, en Roma, ya que la tradición sostenía que había sido pintada por el evangelista San Lucas, copia que se hizo distribuir entre diferentes colegios jesuitas, llegando cuatro de ellas a la Nueva España, dicho cuadro fue aumentado dentro de una composición más basta en el siglo XVII por el pintor Juan Correa, añadiendo la figura de San Lucas en el momento de pintar a la Virgen.
Esta excelsa obra cobija objetos sacros de escultura y pintura de todos los tiempos, donde fusiona ambos estilos sacros en una única función dentro del templo.
La iglesia de San Felipe Neri, mejor conocida como la Profesa por haber sido la casa donde residieron los jesuitas de cuatro votos: "pobreza, castidad, obediencia y fidelidad al Papa". Fue la primera iglesia consagrada el 31 de julio de 1610 por la beatificación de San Ignacio de Loyola, recuperada de documento escrito por Don Manuel Toussaint realizando una magnífica descripción donde constaba de tres naves como la presente, y al alfarje cuyas tablas finamente doradas ostentaban el dibujo de lazos mudéjares, que podemos apreciar en los plafones de las tribunas que prolongan el coro hacia las naves laterales con dorados retablos barrocos, contando con la participación de los más afamados pintores de la época.
La Iglesia de la Profesa data del año de 1720 cuando fue remodelada por el arquitecto Pedro de Arrieta, nos muestra en su exterior muros recubiertos de sillarejos de tezontle que enmarcan dos portadas de cantera que dan hacia la calle de Isabel la Católica, nos enriquecen en el barroco del siglo XVIII novohispano. Mostrando en el segundo cuerpo un gran relieve con la aparición de Jesús con la Cruz a cuestas, a San Ignacio de peregrino ante la presencia del Padre Celestial rodeado de ángeles. En su historia cuenta cómo al quedar abandonada por la expulsión de los jesuitas de los dominios españoles por la voluntad del Rey Carlos III en 1767 en la capital de Virreinato desde mediados del XVII, a cambio de la Iglesia de San José el Real, claustro ubicado en la calle de República de Salvador, erigiendo un retablo en honor de San Felipe Neri, fundador del oratorio romano, dirigido por Manuel Tolsá, arquitecto y escultor valenciano avecinado en México en dicha época.
Continuando con la Iglesia de la Profesa, en el año de 1802 fue remodelada por el mismo Tolsá, siendo destinado por los padres filipenses para servir de casa de ejercicios espirituales de encierro para hombres, actividad que perduró hasta 1862, año en que desapareció al abrirse la calle de Cinco de Mayo. Durante los años de 1821 funcionaban dentro de sus muros las famosas "Juntas de la Profesa" precedidos por el superior del Oratorio, donde se determinó llevar a cabo la consumación de la Independencia por el general realista Don Agustín de Iturbide. Asimismo, por la importancia de esta obra maestra del barroco, sirvió de escenario para la celebración para conmemorar la declaración dogmática de la Inmaculada Concepción, atestiguado en un magnifico óleo sobre tela conservado en el Museo Nacional de Historia que señalaron toda una época rica por su relevancia.
Es bien sabido que no todo es dulzura, ya que en el año de 1914 un incendio destruyó las pinturas de la cúpula decoradas por el pintor Pelegrin Clave y sus discípulos, quienes plasmaron los siete sacramentos y en el octavo de la Santa Cruz, para cerrar con la linternilla, un óleo de forma octagonal representando al padre celestial bendiciendo la creación, siendo milagrosamente la única que respetaron las llamas.
Al visitar este monumento nacional podemos apreciar todas las restauraciones que han quedado a través de los años, y de la contemplación que podemos admirar hoy en día, lo que poca gente conoce es que en sus anexos se instaló la más rica pinacoteca del arte sacro mexicano que nos narra ampliamente el transcurso de cada una de las épocas de los siglos pasados del arte mexicano.
Comentarios recientes
25.11 | 00:55
Jorge gracias, esa es la idea de este blog, compartir datos históricos y otros divertidos, siempre con la idea de cultura
16.11 | 05:32
Verdaderamente ilustrativo, gracias por compartir estas enseñanzas.
28.10 | 14:04
Leí hace años de una mujer a la que le habian desaparecido varios empastes y tenia esos dientes sanos.
Además, existen una serie de fotografias, de logos en vehículos, que atestiguan la veracidad.
23.10 | 15:49
Los Griegos ganaton a los Atlantes-Iberos.