A Relax Place
La Ciudad de los Palacios, como la nombrara en su momento el explorador alemán Alexander von Humboldt, tuvo bajo el gobierno de Porfirio Díaz un segundo aire. Edificios tan imponentes como el Palacio de Comunicaciones, el Edificio Boker, el Palacio de Lecumberri y el también desaparecido Manicomio General de la Castañeda (del que hablaré pronto en este espacio) son ejemplos de la gran obra arquitectónica realizada durante el Porfiriato.
Irónicamente una de las joyas del gobierno de Díaz, obra inconclusa durante su gobierno, serviría para conmemorar de alguna manera su derrocamiento; la revolución mexicana que entre otras cosas significó el fin de la dictadura de Porfirio Díaz, encontraría en los cimientos del que hubiese sido un majestuoso Palacio Legislativo, el monumento que la conmemoraría: el Monumento a la Revolución Mexicana.
La hoy Plaza de la República formaba parte del proyecto que incluía el Palacio Legislativo Federal que jamás se pudo culminar. El proyecto, diseñado por el francés Émile Bernard, tenía pensado levantarse después de haber sido corregido y aprobado en su momento por la Secretaría de Comunicaciones.
La estructura destacaba, además de la enorme cúpula que sobrevivió a la revolución mexicana, un conjunto escultórico en el que se levantaban seis columnas centrales que representaban el trabajo, la paz, la ley, la elocuencia, la fuerza y la verdad; muchos de éstos ideales del Porfiriato se quedaron en eso, ya que a los pocos meses de la colocación de la primera piedra estallarían las revueltas en el país.
Con la revolución mexicana encima, el proyecto se suspendió abandonando la enorme estructura que ya se había levantado; sería Bernard quien buscaría rescatarla proponiendo un nuevo proyecto bajo el nombre de Panteón de los Héroes. La idea volvió a frustrarse, esta vez por la muerte del presidente Obregón, a quien se le había presentado el proyecto, así como por la muerte del arquitecto francés, quien lo llevaría a cabo.
Fue hasta la década de 1930 cuando el proyecto, de alguna u otra manera, se retomó y concluyó. Bajo el rescate del arquitecto mexicano Carlos Obregón Santacilia, la enorme cúpula pasó a formar parte de lo que sería desde entonces el Monumento a la Revolución Mexicana; un conjunto que rescataría los elementos más importantes del diseño de Bernard, combinándolos con elementos prehispánicos y también de los que serían parte de la arquitectura mexicana de los años siguientes.
De 1942 a 1970 fueron trasladados los restos de Francisco I. Madero, Plutarco Elías Calles, Francisco Villa y Lázaro Cárdenas a las criptas en donde yacen desde entonces bajo las cuatro columnas de la enorme estructura. ¿Descansando en paz? Dudosamente, ya que si nos ponemos a pensar, Carranza mandó asesinar a Zapata; Obregón hizo lo mismo con Carranza y con Villa; Villa fue enemigo de Carranza; Calles mandó matar a Obregón; y Cárdenas expulsó a Calles del país. Sólo Zapata huyó a tan terrible tormento post mortem; los que no lograron evitarlo seguro refunfuñan en sus criptas por la broma cruel que los une en muerte.
Con motivo de las conmemoraciones del inicio de la independencia y de la revolución mexicana, el gobierno de la ciudad de México decidió rescatar tanto el monumento como la Plaza de la República; hoy el espacio completo respira una vitalidad que hace que la gente acuda a él como un espacio más de esparcimiento que provoca la convivencia. Quizá uno de los mejores legados de la revolución mexicana sea irónicamente el que fue alguna vez uno de los proyectos más importantes del Porfiriato.
Comentarios recientes
25.11 | 00:55
Jorge gracias, esa es la idea de este blog, compartir datos históricos y otros divertidos, siempre con la idea de cultura
16.11 | 05:32
Verdaderamente ilustrativo, gracias por compartir estas enseñanzas.
28.10 | 14:04
Leí hace años de una mujer a la que le habian desaparecido varios empastes y tenia esos dientes sanos.
Además, existen una serie de fotografias, de logos en vehículos, que atestiguan la veracidad.
23.10 | 15:49
Los Griegos ganaton a los Atlantes-Iberos.