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El Castillo de Jadraque, tradicionalmente conocido como Castillo del Cid, se ubica sobre un cerro testigo del valle del río Henares a 959 metros sobre el nivel del mar. El enclave es un punto estratégico ocupado desde la Edad del Bronce, tal y como sabemos gracias a las excavaciones arqueológicas.
Las excavaciones arqueológicas han demostrado la existencia de una pequeña fortaleza de origen islámico de finales del siglo VIII, que fue conquistada en el año 1.085 por Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, durante su destierro. Tras su conquista Jadraque y su fortaleza son cedidas al rey Alfonso VI pasando a formar parte del Común y Villa de Atienza.
Es a principios del siglo XV cuando Jadraque cae bajo los dominios de la familia Gómez Carrillo, tras el matrimonio entre un varón de dicha familia y una mujer de la familia del rey Juan II. Pero la historia del castillo y de Jadraque cambia por completo a finales del siglo XV, cuando adquiere la propiedad Pedro González de Mendoza, el Gran Cardenal Mendoza, tras un trueque realizado en 1469 con Alfonso Carrillo de Acuña. Siendo propiedad de la Casa Mendoza hasta finales del siglo XIX, cuando el Duque del Infantado, que también es Duque de Osuna, saca a subasta pública el castillo en 1888-1889 ganándola el Ayuntamiento de Jadraque por 305 pesetas, siendo en la actualidad propiedad municipal.
El aspecto actual del Castillo del Cid se debe a la reforma realizada por el Gran Cardenal Mendoza en el año 1469, construyendo lo que se conoce como una fortaleza-palacio de estilo renacentista.
El sistema constructivo del castillo es el mismo para todo el conjunto. Dos caras, una interior y otra exterior, con sillares escuadrados, con un relleno de mampostería de diferente tamaño, cal y barro.
El Castillo del Cid se compone de varios elementos. Altos muros reforzados por torres de planta semicircular y rectangular. La barbacana o liza perimetral, compuesta por lienzos y cubos, que repite la planta de la fortaleza. La puerta principal, de acceso, al sur, flanqueada por dos torres, una cuadrada y otra redonda. Al interior, podemos observar tres partes bien diferenciadas: El patio de armas, que es el espacio de menor dimensión. El patio principal, la de mayor extensión, en el que se ubican dos aljibes de agua de lluvia, diversas estancias de servicios, una torre pentagonal que sería la torre del homenaje de época cristiana, y el pórtico en forma de U que antecede a la parte noble del palacio. Por último, el palacio o estancias palaciegas, formado por dos plantas principales y un sótano y al que se accede a través del pórtico.
Comentarios recientes
25.11 | 00:55
Jorge gracias, esa es la idea de este blog, compartir datos históricos y otros divertidos, siempre con la idea de cultura
16.11 | 05:32
Verdaderamente ilustrativo, gracias por compartir estas enseñanzas.
28.10 | 14:04
Leí hace años de una mujer a la que le habian desaparecido varios empastes y tenia esos dientes sanos.
Además, existen una serie de fotografias, de logos en vehículos, que atestiguan la veracidad.
23.10 | 15:49
Los Griegos ganaton a los Atlantes-Iberos.