A Relax Place
Bien harían sus adversarios en desenterrar no sólo a Franco, sino al franquismo de España, de una vez por todas: con pedagogía, con la razón y con el corazón.
Algunos llaman profanación al hecho de darle nueva sepultura, digna, pero no suntuosa, a los restos mortales de Francisco Franco, que fuera dictador de España hasta su muerte en noviembre de 1975.
Esta semana, si ninguna argucia contenciosa administrativa de la familia lo impide, entrarán en contradicción aquellos viejos versos que cantara Luis Pastor: "Por mucho que le llaméis, no saldrá del agujero".
Hay una España que no entiende el empeño en trasladar lo que quede del tirano a un panteón que no le rinda homenaje público, pero hay otra España que entiende que ningún dictador debiera ser ejemplo de nada, sobre todo pare evitar que algún nuevo felón pretenda seguir sus pasos.
Más allá del paternalismo del Pardo, del capitán Pescanova del Azor, de las peinetas rindiéndole pleitesía en la gala de Navidad, ¿trató Franco algo sagrado como la vida humana con el debido respeto al cercenarla mediante juicios sumarísimos y desperdigar sus restos por cunetas y fosas comunes en predios sin ningún tipo de señalización?
De ahí que debamos deducir que el primer profanador de ese país fue el ahora supuestamente profanado. Interesante paradoja, ¿no creen?
Tratar sin el debido respeto una cosa que se considera sagrada o digna de ser respetada, dicen que es profanar. ¿A qué debemos considerar sagrado? ¿A lo contrario de lo profano? Sagrado sería todo lo que atañe a Dios, a sus manifestaciones en la tierra y al clero que organiza su culto, mantienen los teólogos. En nombre de Franco, se profanaron cementerios con fusilamientos masivos ante sus tapias.
Para el Diccionario Manual de la Lengua Española Vox –nada que ver con los actuales seguidores del franquismo--, profanar también supone "dañar con palabras o acciones la dignidad, la estima y la respetabilidad de una persona o de una cosa, especialmente la honra y el buen nombre de una persona muerta". ¿No profanó la dictadura franquista la figura de personas muertas como Federico García Lorca o Miguel Hernández, por poner un caso? Cuánto garrote vil, cuánta prisión, cuánto aceite de ricino, cuánta mordaza.
Sabemos, por el nacionalcatolicismo, que Franco era caudillo de España por la gracia de Dios. Pero él trató algo sagrado como la democracia sin el debido respeto y lo aplicó a un uso tan profano como el culto a su persona.
Franco profanó la legitimidad de la Segunda República, la utilizó como señuelo para su golpe de Estado y machacó su memoria durante la guerra y sus represalias durante cuarenta años. Incluso se hizo enterrar junto a los cuerpos de muchos de sus vencidos, como una siniestra corte faraónica.
Ni siquiera la Iglesia Católica, que sigue sin desautorizar al prior del Valle de los Caídos, que considera como persona sagrada o muy valiosa, a aquel déspota gallego que no llegó a ser más que un mixto lobo entre Benito Mussolini y los curas trabucaires (que dejaron la sotana por el trabuco).
Respecto a las profanaciones, uno prefiere recurrir a las etimologías. Y es que, como sabrán, el término profanar tiene su origen en el verbo latino profano, profanas, profanare, profanavi, profanatum. En Google está formado por el prefijo pro- (negación), el sustantivo fanum, fani cuyo significado es lugar consagrado, templo y la terminación verbal -are. De este modo, puede considerarse como el concepto original de este vocablo la acción de dejar fuera del recinto sagrado, de apartarse de lo sagrado. En democracia, lo auténticamente sagrado es el territorio público, aunque se respete lo privado.
En el ágora, está el ejemplo, la luz a seguir, el tótem de la soberanía popular. Hay que apartar de ahí a sus enemigos, y Franco lo fue, como bien saben sus allegados, sus partidarios y, sobre todo, sus víctimas. Hay que sacarlo de la luz para que no alumbre. Y hay que preservar su memoria, para que nos recuerde que nada ni nadie está enterrado para siempre y que podemos repetir la historia a poco que la olvidemos.
Lo que profana mis entendederas es que, a estas alturas de nuestra biografía, 44 años después de su fallecimiento, haya demócratas que discutan la conveniencia y la oportunidad de exhumar al tirano. Incluso que se hagan cábalas sobre su incidencia en la campaña electoral, como si su traslado a Mingorrubio fuera una insensatez demoscópica. ¿No debiera haberse hecho antes? ¿Cuándo ocurrirá otro tanto con el asesino Gonzalo Queipo del Llano inhumado en la capilla de La Macarena, y con tantos otros sepulcros religiosos para quienes sólo practicaron la religión del odio, del dogma y el anatema?
No extraña que los fascistas hablen de profanaciones. Lo que sorprende es que también lo hagan aquellos que no participan de esa misma querencia.
Franco murió hace mucho, me parece. Sin embargo, ¿no será que tendrían que exhumar de una vez por todas el franquismo que sigue viviendo entre los españoles? Ya va siendo hora.
La trama golpista que desembocó en el estallido militar de julio del 36 acumuló patrocinadores dentro y fuera de España
Franco fue patrocinado por Hitler, Salazar y Mussolini. Con armas, tropas y financiación, apoyo logístico. Parte de la élite económica del país sucumbió a la trama, caso del financiero Juan March
Tras una entrevista con Benito Mussolini y el gobernador de Libia los rebeldes "recibieron 1,500,000 pesetas, 20,000 rifles, 20,000 granadas de mano y 200 ametralladoras", cuenta Paul Preston
La Guerra Civil española resultó la secuela de un fracaso: el estallido golpista de julio de 1936. Poco importaba el fiasco a los rebeldes. Llegaban a la contienda fratricida con una idea fija, exterminar al rival ideológico. Limpiar España al coste necesario. Y emprendían la tarea con las alforjas llenas. ¿Quiénes fueron los mecenas de un puñado de militares sublevados?
Franco fue patrocinado por Hitler y Mussolini. Con armas, tropas y financiación, apoyo logístico que arribó antes, durante y después de la asonada. Parte de la oligarquía económica del país no dudó en financiar la trama, con el paradigma del contrabandista, banquero y empresario Juan March a la cabeza. Desde la iglesia también hubo colaboracionismo y grandes propietarios y terratenientes sumaban donativos a otros más modestos de derechistas locales… Todo sirvió, incluso el robo y el saqueo pueblo a pueblo sobre los derrotados.
Dinero de Juan March para comprar armas
"Juan March facilitó dinero" en marzo del 36 "para la adquisición de armas en el extranjero", expone el historiador Ángel Viñas. De fuera del país, el político Francesc Cambó recaudó importantes sumas de dinero. La financiación corría desde créditos de entidades y sociedades externas, en ejemplos de que la "conspiración contra la legalidad republicana" no era una trama "solo militar sino también civil", apunta. Un complot latente "siempre" desde 1931 y que "revivió súbitamente" en marzo del 36 tras la victoria del Frente Popular en las elecciones generales.
Con pruebas como la actuación del abogado y político Antonio Goicoechea. "Solicitó a los italianos ayuda financiera para pagar a los pistoleros que sembraban y propulsaban la inquietud social" en España. Violencia callejera y atentados terroristas a manos de milicias falangistas y carlistas para romper cualquier atisbo de calma ciudadana. "La explosión de alegría, y de cólera, en las filas de la izquierda fue estimulada conscientemente por la trama civil", subraya Viñas.
El préstamo solicitado en el tramo previo a la guerra no fue el único servicio a los planes golpistas. Como explica el hispanista Paul Preston en su libro El holocausto español, una delegación de derechistas "viajó a Roma en busca de armas y apoyo financiero en su intento de derrocar a la República". Tras una entrevista con Benito Mussolini y el gobernador de Libia, Italo Balbo, "recibieron 1,500,000 pesetas, 20,000 rifles, 20,000 granadas de mano y 200 ametralladoras". Llegaron a través de Trípoli y la Portugal de Salazar, país que reclutó todo tipo de aportes a la causa. Centenares de mercenarios serían "entrenados como instructores por el Ejército italiano".
El soporte de Alemania e Italia resultó determinante. Al envío de municiones, armas e incluso aviones hay que sumar la participación activa en la guerra civil de escuadrones italianos y nazis. La balanza, de otro modo, nunca hubiera caído del lado franquista, según el historiador Francisco Espinosa Maestre. "Los acuerdos con Mussolini y Hitler pusieron en manos de los golpistas, y en condiciones óptimas de pago, hombres y armas sin las cuales poco hubieran podido hacer", relata.
Y no solo la guerra, sino el propio golpe, "se financió de varias formas". Con el componente esencial de la élite económica española, que claudicó ante los intereses rebeldes cuando no sostuvieron la conspiración desde el inicio. Con un nombre subrayado: "Juan March fue clave", apunta Espinosa Maestre.
A esta ayuda, continúa, "hay que añadir los millones (de pesetas) que salieron de los donativos de los derechistas pueblo a pueblo y el que sacaron de todo lo que fueron robando desde el mismo 18 de julio".
El propio Preston refleja otros episodios que actuaban como gotas para colmar el vaso del patrocinio rebelde. Fondos para "financiar a los agitadores" del clima prebélico, caso de una suscripción abierta desde el periódico ABC para un desconocido sindicato y que recolectó en poco tiempo 350,000 pesetas "donadas por aristócratas, terratenientes, industriales, además de muchos fascistas y falangistas anónimos". O aquel "general al que no se identificó" y que compraría "10,000 rifles en Portugal, que posteriormente serían entregados a los militantes falangistas". Corría la mitad del año 35.
Comentarios recientes
25.11 | 00:55
Jorge gracias, esa es la idea de este blog, compartir datos históricos y otros divertidos, siempre con la idea de cultura
16.11 | 05:32
Verdaderamente ilustrativo, gracias por compartir estas enseñanzas.
28.10 | 14:04
Leí hace años de una mujer a la que le habian desaparecido varios empastes y tenia esos dientes sanos.
Además, existen una serie de fotografias, de logos en vehículos, que atestiguan la veracidad.
23.10 | 15:49
Los Griegos ganaton a los Atlantes-Iberos.