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Es el indígena cazcán que no cesó en ningún momento por defender los derechos de sus semejantes durante los procesos de conquista y colonización de estas tierras del occidente del país.
Es un personaje cuyos esfuerzos bélicos, moldearon la geografía social y política de nuestros días y cuyos méritos históricos carecen del merecido reconocimiento. Mismo que debe hacerse cada vez más extensivo por su importante y fundamental valor histórico en Jalisco, Zacatecas, Nayarit y Aguascalientes; su trascendencia en la historia de México y por la defensa de los derechos humanos por la vía bélica y civil.
Tenamaxtli es un nombre de raíz náhuatl, Francisco de Santamaría en su “Diccionario de Mejicanismos” precisa que proviene de "Tetl", que significa piedra, y "Namictia" que significa irregular, y que entre los indígenas eran los tres soportes de piedra sobre los cuales se colocaba el Comalli o Comal, o la olla para cocinar. Por extensión un fogón se llamaba "tenamaxtle", por lo que su nombre está relacionado con el crepitar del fuego.
A la llegada de los españoles, el territorio que hoy conocemos como México, estaba habitado por dos grandes imperios, así como cientos de comunidades y poblados de cientos de etnias distintas. En la zona que ahora conocemos como "Los Altos", se asentaron algunos mexicas o aztecas que habían incursionado en esta región en el siglo XII, enfrentándose a los tecuexes, zacatecos y chichimecas cuachichil.
Estos mexicas que quedaron en la meseta alteña fueron conocidos como "Cazcanes". Por lo que no se deben confundir con los chichimecas (confusión común entre los españoles) que eran tribus cazadoras, recolectoras seminómadas.
El choque entre las culturas nativas y las del viejo mundo conllevó severas matanzas, donde los españoles, que contaban con una mejor tecnología y una ambición de oro y riquezas muy grande abusaron de las condiciones de los habitantes originales sin menoscabo alguno.
Ya Bartolomé de las Casas en su obra "Brevísima Relación de la Destrucción de las Indias", había dicho: "Hechas las grandes crueldades y matanzas dichas y las que se dejaron de decir en las provincias de la Nueva España y en la de Panuco: sucedió en la de Panuco otro tirano insensible cruel el año de mil quinientos veinticinco: que haciendo muchas crueldades y herrando muchos y gran número de esclavos de las maneras susodichas, siendo todos hombres libres: y enviando cargados muchos navíos a la isla de Cuba".
En Nueva Galicia muchos contingentes fueron dejados morir de hambre. Luego añade refiriéndose específicamente a Jalisco: "...ochocientos pueblos destruyeron y abrasó en aquel reino de Xalisco por lo que fue causa que desesperados se alzasen y fuesen a los montes y matasen muy justa y dignamente a algunos españoles ... se juntaron muchos indios haciéndose fuertes en ciertos peñones". Quien lideraba a estos rebeldes, se encontraba el cacique de su pueblo, gente importante, de nobleza, y que tenía conocimiento de las tropelías y masacres que hacían gala los conquistadores en nuestra zona encabezados por Nuño de Guzmán. Dadas las circunstancias, estos indígenas decidieron levantarse contra los intrusos como menciona Las Casas, dispuestos a todo, porque comprendieron que no quedaba otra opción. Atacaron a los españoles en una rebelión que se llamó Guerra del Mixtón, por el nombre del gran penal que se encuentra en la sierra del sur de Zacatecas -colindando con el ahora Jalisco territorio de la Nueva Galicia. Otros personajes involucrados en la revuelta fueron Xiuhtecutli, Tecuitlatl, y Petacatl, los dos primeros de Xuchipila y el último de Xalpa. No hay que olvidar tampoco a Coaxicar, de Xuchitlan, hoy Magdalena.
Hasta el Virrey llegaron las noticias del “tlatol”, la “palabra” de los sabios, que como mandamiento sagrado se pronunció para mover al pueblo, en este caso de unirse para hacer frente a las exacciones y crímenes de los encomenderos en cuanto entraron a estas tierras. "Los dichos señores principales y maceguales de Tlaltenango, ellos dijeron que querían creer en el diablo desde entonces y dejar a Dios y a los frailes... dijeron el dicho tlatol y mensajeros a Xuitleque (Xiuhtecuhtli), señor de Suchipila, al cual toda la gente tenía respeto y concertó juntarse con ellos Petacatl, principal del pueblo de Xalpa, y Tenmastle, (Tenamaxtli)".
Xiuhtecutli, señor de Xuchipila no vuelve a mencionarse, los historiadores suponen que Miguel de Ybarra, encomendero de Nochistlán, se las arregló para que lo asesinaran ahorcándolo. Sin embargo, Petacatl y Tenamaxtli derrotaron y pusieron en fuga a Miguel de Ibarra. El Gobernador Cristóbal de Oñate decidió salir con hombres que había en Guadalajara, se encontró con Ibarra y con soldados huyendo de los alzados; Oñate quiso seguir, pero, se lo impidieron. "...toda la tierra estaba alzada y los caxcanes hechos unos leones, y que no había otro remedio de pedir socorro a todo el reino". Se acordó enviar un mensajero al virrey informando lo sucedido.
Con la presencia de Pedro de Alvarado en el puerto de la Navidad con su armada para explorar las Californias y la mar del sur; se le buscó para pedirle socorro. Miguel de Ibarra fue a Nochistlán y buscó a Tenamaxtli, que era uno de sus encomendados; entre él y otro cacique convencieron a Ibarra de retirarse "a media rienda". Posteriormente, Miguel de Ibarra le entregó a de Alvarado "las cartas del capitán y gobernador Cristóbal de Oñate... escritas con sangre y lágrimas de afligidos y muertos; de parte suya y de la de Su Majestad y de Dios primeramente, requiero a V. S. de socorro a aqueste reino y aquella ciudad, porque si no, se perderá todo".
Oñate propuso que se esperara hasta la llegada de refuerzos para ir todos juntos, a la caza de la rebelión, lo que no convenció a Alvarado, y algunos dicen que pronunció lo siguiente: "A mí no me parece que se dilate el castigo de estos traidores enemigos, que es vergüenza que cuatro gatillos, (aludiendo al significado de Mixtón) hayan dado tanto tronido; que con menos gente de la que conmigo traigo bastare a sujetarlos, porque yo he arruinado muchas máquinas de enemigos ... no es necesario esperar más. Ya está echada la suerte; en el nombre de Dios, a marchar amigos, cada uno haga su deber, pues a esto venimos" "parecía no haber gente en la montaña y habla más de quince mil indios; estos son bien dispuestos y todos los más son grandes flecheros y algunos de ellos tiran varias tostadas y nómbranse estos chichimecas y toda la tierra tiembla destos".
El 4 de julio de 1541, herido mortalmente en la refriega, muere Pedro de Alvarado en Guadalajara. Había muerto por fin a quien consideraban invencible estratega.
Acontecimiento que causó gran pesar en la Ciudad de México al saberse la noticia. Fray Toribio Benavente Motolinía escribió: "En este mesmo ana estuvo la Nueva España en mayor peligro de perderse que ha estado después que se conquistó, con solevantarse unos indios llamados chichimecas". El grito de guerra era iashquencama tehual nehual! que significa: hasta tu muerte o la mía; iniciaron el ataque a la tercera Guadalajara, pequeño poblado para ese entonces, que se ubicaba en la actual Tlacotán municipio de Ixtlahuacán, donde solamente sobrevivieron 63 peninsulares, razón por la cual Guadalajara hubo de trasladar su ubicación al actual valle de Atemajac.
El virrey Mendoza (quien personalmente hubo de dirigir la fuerza militar contra la rebelión) satanizó al movimiento cazcán, dijo que eran adoradores del diablo y tuvo una actuación muy dura contra los indígenas: ahorcamientos, aperreamientos, mutilaciones, aplicación de hierro candente para marcar a quienes quedaban como esclavos, de lo cual se defendió posteriormente diciendo: "Yo no mande aperrear ni hacer justicia de los indios contrarios, ponerlos en fila para que los tirasen con tiros de artillería, porque el licenciado Maldonado, oidor de esta Real Audiencia que andaba conmigo y Cristóbal de Oñate, teniente de gobernador de la dicha provincia, mandaba hacer las justicias que convenía... y aunque fuera de más, a mí no me pareciera mal a general, teniendo respeto a los muchos y muy feos delitos que los indios alzados cometieron. Y los que se mataron acuchillados fueron los que los negros y los indios (aliados) dieron en ellos, como se hace en España con los herejes e infieles... y el aperrear algunos indios de los más culpados y ponerles a tiro, convino hacerse para el escarmiento y más temor de los indios...”. Mendoza se percató del arrojo de los alzados que se burlaron de sus requerimientos, "pelearon bravamente los del penol, que serían 1500 hombres, que no se escaparon veinte "hacia un despeñadero donde se despeñaron muchos indios salió el dicho señor don Francisco Tenamaztle... que dixo el dicho Tenamaztle a grandes voces si estaba allí Miguel de Ibarra ... y habló con él. Y vino el dicho Tenamaztle para las ancas del caballo e le truxo donde estaba el dicho visorrey a pie, haciendo batalla contra los indios e luego se entregó al dicho visorrey ... e dixo al dicho Tenamaztle que cesara la batalla e que no hubiere más". Y este testigo vio que el dicho señor don Francisco fue dando grandes voces a su gente e vasallos para que cesase la batalla, y así... cesó la batalla. Tras las victorias a sangre y fuego conseguidas por el virrey, Tenamaxtli buscó la paz para salvar la vida de su pueblo, podría ser porque no existía acuerdo o tratos específicos sobre seguridad y respeto en el futuro para sus pueblos y su gente.
En 1551 se entregó, buscando la protección del obispo Gómez de Maraver quien abogaría por ellos. El Doctor Gómez de Santillán miembro de la Audiencia de México declaró en Valladolid en 1556: "Conocer al dicho señor Francisco Tenamaztle ... que al poco tiempo que el dicho Tenamaztle se vino al obispo de la Nueva Galicia (en 1552) el virrey don Luis de Velasco dijo a este declarante: que el dicho obispo Le había escripto como el dicho don Francisco se había venido a él para valerse del y venirse debajo de su amparo a dar obediencia a Su Majestad e que sería muy grande parte para que otros muchos indios que andaban huyendo e ausentados por haberse hallado en la rebelión y alzamiento de los penoles de Nochistlán y Suchipila e los demás viniesen y trajiesen a otros indios de paz, y ahí se habló entre el dicho visorrey y este declarante y los demás oidores acerca de lo que era bien hacer del dicho Tenamaztle. E lo que este declarante se acuerda, se trató que sería bien no se procediese con rigor contra el dicho Tenamaztle por no remover cosas pasadas".
Era la tercera ocasión que Tenamaxtli buscaba la paz al acudir con los franciscanos, y buscó al obispo mencionado, quien al estar convencido de la su veracidad, accedió a llevarlo a México para tratar con el virrey Luis de Velasco, quien decidió su deportación a España: Tenamaxtli fue hecho prisionero, Le colocaron grillos y embarcado en Vera cruz rumbo a España, ahí inició el proceso de Agravios contra el emperador Carlos I de España y V de Alemania. Las noticias sobre la sangrienta Guerra del Mixtón no sólo corrieron por toda la Nueva España, sino también llamaron la atención de las autoridades peninsulares, quienes decidieron, en 1544, que uno de los oidores de la Audiencia de México, se presentase en Nueva Galicia, ordenase su gobierno en forma provisional y rindiese un informe de la situación.
En cuanto al obispo, proponía que fuese alguien del clero regular para que fomentara la evangelización y, en cuanto a la Audiencia, que tuviera injerencia también sobre las comarcas de Zacatula y Colima, y que, para evitar abusos, se diluyese su autoridad entre cuatro oidores. Constancia de que el Consejo de Indias tomó en cuenta lo dicho por el oidor es que no pasó mucho tiempo sin que se llevara a cabo lo que solicitó. Lo importante de estos agravios, es que tuvo la decisión, la osadía de enfrentarse al poder real, no solo para defender sus intereses personales y familiares, sino que habló por su gente, por su pueblo, manifestando que había sido víctima, contra toda razón y justicia, de los bajos sentimientos del virrey Luis de Velasco (El Virrey Antonio de Mendoza fue nombrado Virrey de Perú en 1550) y de todos los que insidiaban y perseguían su vida. Relató las crueldades de Nuño, antes descritas por Las Casas; la forma como los aborígenes dieron buena acogida en son de paz a los españoles habiéndoles provisto de víveres igualmente "y dióles abundantes bastimentos,( ... )y púsome a mí y a mis gentes y a otras muchos caciques y señores con las fuerzas en el acostumbrado aspérrimo captiverio y servidumbre que los españoles llaman encomiendas, repartiendo a cada español los pueblos y vecino dellos, como si fuéramos bestias del campo ... enviaban en la noche gente de a pie y a caballo a salteallos ... porque tomaban lo que querían, los hacia esclavos y con el hierro, que decían ellos del Rey, los mandaban herrar ... No habiendo ni justicia, ni remedio de haberla, ni persona a quien nos quejar, porque todos eran y son nuestros enemigos capitales, porque todos nos roban y afligían y oprimían y tiranizaban, acorde huir con la poca gente que me quedaba para salvar a ellos ya mí, como de ley natural era obligado, porque si ni huyera yo también, con la misma injusticia y crueldad fuera ahorcado".
"Si los acuso civilmente a que paguen y satisfagan los dichos males y daños, a los satisfacer a mí y a los otros caciques y a todo aquel reino y vecinos del que son damnificados y agraviados". Pide la libertad para los vecinos y moradores de Nochistlán y Xuchipila, mandando que él sea restituido en el señorío y ofrece traerlos sin lanzas ni espadas para que sean incorporados a la Corona Real de Castilla.
Tenamaxtli dio a conocer al emperador las vejaciones, escenas de muerte, persecuciones, todo género de crueldades y abusos; es cierto que lo hizo frente al Derecho Medieval que consideraba carente de capacidad jurídica y de todo derecho a los infieles salvajes, en donde se hablan discutido los derechos de los indios y, con razonamientos luchó contra la Justicia Ordinaria en Valladolid, España; su vida y su esfuerzo se deben tomar como emblemáticas. El clamor que levantó con sus actos y palabras hace que Le corresponda un lugar en el elenco de quienes han luchado por lo que a muchos les parece imposible alcanzar.
El destacado investigador Miguel León Portilla, lo llamó, en una obra suya que trata de este personaje: primer guerrillero de América, defensor de los derechos humanos. La influencia del guerrero aborigen, se puede apreciar en la prudencia del Virrey Luis de Velasco y Ruiz de Alarcón, quien de su mandato destaca la ayuda a los nativos a defenderse frente a los abusos de los propietarios de minas de oro, la abolición efectiva de la encomienda, así como la liberación de los indios ilegalmente esclavizados.
Tenamaxtli fue un hombre de paz que, por su ardua labor de defensa de sus pueblos, merece un lugar de honor entre los defensores de la vida en nuestra tierra.
Un hombre que privilegió el diálogo antes que la guerra, misma que utilizó como último recurso. Su lucha configuró la geografía social de la Nueva Galicia, sobre todo en los Altos de Jalisco y la actual Zacatecas, así como los cambios en la ubicación de la capital de nuestro estado.
Pueblos como San Juan Mezquititlán (hoy San Juan de los Lagos), Mitin, Mezquitic, San Nicolás fueron fundados por los indígenas cazcanes derrotados, así como la repoblación de Jalostotitlán y Zapopan.
Comentarios recientes
25.11 | 00:55
Jorge gracias, esa es la idea de este blog, compartir datos históricos y otros divertidos, siempre con la idea de cultura
16.11 | 05:32
Verdaderamente ilustrativo, gracias por compartir estas enseñanzas.
28.10 | 14:04
Leí hace años de una mujer a la que le habian desaparecido varios empastes y tenia esos dientes sanos.
Además, existen una serie de fotografias, de logos en vehículos, que atestiguan la veracidad.
23.10 | 15:49
Los Griegos ganaton a los Atlantes-Iberos.